Se adhirió al tronco de roble, y se encaminó como hormiga a su hormiguero, se estacionó en la primera rama… La desvistió, dejándola sin vestiduras de color verde; Se dejó llevar del cielo a tierra: -´´Fue hoja y ahora es hojarasca´´

El visitante no se detuvo en la primera rama; Se detuvo por un momento, y entonó en un susurro: –«Heal,Heal» … Por un momento, vio al gavilán; desplumando sus plumas del ayer, pero no le gustó y lo hizo volar: –«Vuela, vuela»… 
Espero ver ráfagas de viento; y en sus alas, un suave bicolor; 
Café blanco, blanco café.

No quiso ir más haya de la tercera rama; Pero por naturaleza, se dejó llevar hasta la sima del árbol… Ya era tarde, el sol ya se había ocultado debajo de la montañés; habiendo dicho en el espacio cósmico:
«Adiós, adiós».

La señora luna se estampó en el cielo, y con ella estrellas gravitacionales guiando los delirios de un bohemio cantante; el visitante se escondió en el nido de unos tórtolos carpinteros, para escuchar la entonada:
-«Flow fluster, fluster flow, me dejó caer y en ti puedo… Me puedo levantar ratapan punpurunpa; flow fluster»

El tronco le susurra al nuevo vecino:  -¿A quien esperas?…
Ya es de madrugada no ves que la niebla empieza a descender…
Le corresponde: -Al sabio búho, que se encamina siempre con sus grandes alasPero roble no le digas nada… Más él sabe que no me llamo vecino: Él me ha dicho, que los humanos me llaman viento, y sus ancestros me llamaban:
– Kaqiq’.

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