Cómo tan rápido todo avanza…

Tengo ganas de una buena charla,

de mirar un mar de Europa, sentada

en la orilla y que el viento me abra los ojos,

que se me apague la vista a las pantallas.

Tengo ganas de una noche estrellada,

sin gritos ni empujones, sin pretensiones,

sólo calma, que perdure mi esencia humana.

Cómo tan rápido todo avanza…

Tengo ganas de disfrutarme hoy,

no quiero esperar a mañana.

Ya hice la cuenta y son más de mil

mis ganas

de no dar explicaciones de nada.

Tengo ganas de sacarme el alma,

más bien salir de estos huesos,

tengo ganas de morir para sentir el gran hueco

que no conoce vacíos y espera mi puesto.

No malentiendas, nota suicida no es,

pero pensamos todo al revés

y nuestra mirada es trágica.

No malentiendas, la muerte no es fin.

¿Que cómo lo sé? Me lo dijo un delfín

(mentira, pero rimaba).

Cómo tan rápido todo cambia…

Tengo ganas de volver a casa,

no a mi casa, no a las paredes,

quiero volver a mí, a mis redes:

hilos de amor, esfera perfecta,

tejida a mano con agujas doradas,

obra sagrada, efecto de la magia

que nos dio a todos un cuerpo

para usarlo y ver que esto no es un fin,

ni un comienzo,

es un medio donde poder reconocernos

y ver que en realidad no avanza nada,

sólo es tiempo: invisible, intocable,

inexperto, constante pero quieto.

Cómo tan rápido me reencuentro…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS