Antes de llegar al tope fui pensando en formas de evitarlo, pero mientras lo pensaba fui llegando, y después de tanta sobrecarga, deambulando, mi soñar perdió sentido y mis sentidos encanto.

En cuanto halle mejor nube fumaré menos mojado, y lloraré sobre lo escrito y construiré sobre lo hablado. A mis dudas las han cortado, así fue su sangre mi bebida para todos esos platos de cuestiones a lo grande, ideas insignificantes y preguntas con engaño.

Pasan muchas cosas en un año, se me hace útil estacionarlo, pero inútil mencionarlo. Y aunque fueras millonario no cabrían en tu mente tantas luces, tantos puentes, tantos vaivenes dementes de mentes que te mienten distorsionando la verdad: relatividad. Encanto que se pierde pero queda más del resto, y mis ojos poco a poco se encontraron crueles, sin embargo los papeles dejan mucho que pensar. Y mis ganas de avanzar no están ausentes, pero sé que retroceden y eso me hace un poco mal.

Al mar no le puedo dar palabras, no le puedo decir nada, mucho menos gritar; su silencio es más potente, incluso ideal cuando mi meta es contundente: escuchar al mar sin cuestionar, sin amarrar, sin sospechar, sin razonar, sin parloteo que manche su quietud serena, sin estropear. Sentarme, verlo y escuchar…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS