¿Cuáles son tus recuerdos?

En la vida nos nutrimos de muchos momentos, el aroma de una taza de café y el brillo de la luna en las calles de algún paraje; a veces buscamos el momento perfecto y parece que a lo largo de la vida encontramos muchos de ellos, todos impresionantes en el momento que se convirtieron perfectos.

La eternidad de un instante no lo conocen los demás, lo sabemos nosotros y lo atesoramos como un lujo, de esos que la gracia de la memoria nos permite; nada es tan triste que no poder recordar o nada podría ser menos agraciado que olvidar.

Al caso es lo de menos, estamos hechos de trocitos de tiempo y harapos de la memoria que nos permite unir los remiendos de lo que nos gustaba y ahora intentamos ubicar.

Podrías preguntarte cómo era el aroma de tu aula de la primaria y si acaso lo recuerdas eres de esos cuyo privilegio el tiempo no ha tentado; el tiempo pasa factura y la vida nos reconoce sólo si hemos domesticado el arte de la memoria.

¿Cuáles son los recuerdos que no se van jamás? Cada persona puede decir sin la menor vacilación dos a tres recuerdos que se han tatuado a su memoria, que nos persiguen y nos hacen llorar y reír al mismo tiempo.

Yo tengo los míos y son únicos, son mi tesoro y no son secretos los he compartido con el calendario que se antojaba, al menos para mí, más grueso… Pero de tajo se detuvo sin que yo quisiera.

Hay un reflejo del pasado que quisiéramos repetir y no lo permite el momento, pero se queda en el alma del presente y se eterniza para siempre…

Feliz cumpleaños amado negrito, 16 de agosto… Ya sin año, ni espacio y sin tiempo, a partir de ahora eres eterno, amado mio.

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