Me has dado las palabras,
yo, te he dibujado en mis versos.
Con mis manos atadas
te he visto desde el sur,
y cuando las he liberado,
he intentado alcanzarte.
Y cuando mis manos se prolongan,
convertidas en sombra,
así, etéreamente, llego a tu norte,
colmado de otros nortes.
OPINIONES Y COMENTARIOS