Y si… tan sólo ignoro todos esos susurros que vienen y van en el transcurrir del día,

¿Es eso posible? Ignorar a nuestra propia consciencia, huir de la crisis que nos genera la reflexión, el buscarle sentido a todo lo que percibimos en este mundo redundante, rueda y rueda sobre el mismo eje, ¿acaso el amor no puede volverse el centro?, un eje de guerra no puede ser eterno, o si?

Si vivimos en un país tan violento porque no nos extirpan la consciencia a los sensibles, a los que leen entre líneas el actuar de las tendencias, del gregario amanecer, atardecer, anochecer. Porque debemos paceder el existir y ser conscientes de hacerlo, ¿porque en un país como este? Porque no muevo ni un dedo, acaso la energía que transita en la sinápsis es suficiente? ¿es suficiente sin el cuerpo moviendose?

Es tan inútil pensar si los instintos siguen dominando a los cuerpos, nublando las mentes, impidiendo encontrar la reflexión. Dolor, esa palabra se esta volviendo un sinónimo de los campos de nuestro territorio, del mismo modo indiferencia de las zonas urbanas.

Tiene algún sentido nacer aquí, tiene algun sentido masticar estas ideas sueltas, que no pueden tener otro sabor que lo amargo, para que tantos sensibles si son bocas que no pueden tragar y digerir, convertir en energía para hacer, para transformar, para aportar.

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