Vivimos en un mundo al que le importa más lo temporal que la vida a largo plazo, de donde comenzó el tema de volvernos un cáncer para el planeta. O a donde nos llevara sigue siendo un error hablar de ello, se debe concentrar en las acciones que podemos tomar para que todo cambie, para que cada niño, cada generación venidera, disfrute de este palacio que se nos ha sido otorgado y el cual protegemos poco.

La bolsa plástica es uno de los contaminantes más grandes que tiene el planeta y su desintegración varia de 150 a 500 años, pero cuanto hacemos uso de ellas y grandes incógnitas que surgen es ¿porque no se toma una medida real sobre este tema? que nos afecta a todos, la respuesta es sencilla, es más económico producir que reciclar ¿pero a que costo? el daño ambiental, los animales que mueren cada año, inclusive se tiene registro de bolsas en el círculo ártico.

La ley 746 de 2002 hace referencia a que es deber de dueños de mascotas recoger su excremento por muchos motivos, pero de aquí sale algo absurdo lo común es utilizar una bolsa de plástica para hacer esta labor, de aquí comienza una gran cultura un precedente claro hacia como somos ciudadanos ¿Qué contamina más una bolsa plástica o un excremento de la mascota? Si como ciudadanos hiciéramos un pequeño cambio sobre este tema contribuiríamos en gran medida hacia el impacto que le damos al mundo entero.

No basta con predicar, culpar a otros eso es lo fácil lo que resulta complicado es tomar acciones por nuestra cuenta que podemos hacer desde nuestra vida cotidiana para dar un aporte al mundo que clama compasión. Una alternativa la cual ya estamos implementando es enterrar los desechos caninos abran muchos cuestionamientos no tengo donde hacerlo, es muy lejano, es más sencillo…… Pero si realmente queremos hacer un aporte comienza desde allí buscar alternativas, no podemos esperar un resultado diferente haciendo las mismas cosas. “si quieres cambiar el mundo cámbiate a ti mismo” mahatma Gandhi

Iván Andrés Vargas Urueña 4-08-2017

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