Esta noche mirando entre la oscuridad

He visto que
Ha llegado un ave a posarse lejos de mí
La he visto sobre las ramas, mirar profundo en el claroscuro; lo cierto es que aquella ave
Belleza en aquel paisaje de infinitas imágenes
ocultas
No lo sería en mis manos
Ahí sería presa de mi terca necesidad de protegerle, la haría especial
Le inhibiría la oportunidad de volar libre
Y morir como cualquier ave.
Debería de ser derecho supremo, morir como nadie.
Y si llegara la enfermedad, me arrancaría el nombre
Con mi vacío seguro tiño el recuerdo amigo;
Y si llegara con nombre hasta el final
Habría solo de pedir que abran la ventana
Esperaré la noche
Habré de
Volar libre hasta esa rama, ser esa ave que yo miro.
Debería ser derecho supremo, morir como nadie.
Ser crepuscular en la nada interminable
Caer donde fuese, en el último respiro
Y ahí ser cubierto por ramaje y olvido.
Sin herir a nadie, ni dejar un te amo en algún cajón
En un cuarto polvoriento
Un abrazo carente, vacío, vacío.
Debería ser derecho supremo, morir sólo, en el éxtasis del hastío.
Aminora el ánimo, por eso no lo digo, vestir de finitud
A la hija de los sueños, la eternidad;
El ave voló entre penumbra…

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