Un hombre entro a una tienda para buscar un regalo para su novia y después de mucho buscar decidió regalarle unos guantes; pero la encargada de envolver los regalos a la hora de entregarlos se equivoco de caja y en lugar de darle los guantes le dio un sostén.

Y aquel hombre le mando también una carta que dice así

– Hola mi amor:

Con este humilde obsequio quiero expresarte lo mucho que pienso en ti, no encontraba que regalarte hasta que mire a una señora que se estaba probando algunos y en cuanto la mire dije esto quiero regalarte; así que busque a una dependienta que las tuviera mas o menos del mismo tamaño que las tuyas y ella muy amablemente aceptó probarse algunos, claro que yo se los escogía y ella me los enseñaba, de modo que se midió como cinco, algunos le quedaban flojos y otros muy apretados, hasta que escogimos unos que creo te pueden quedar.

El color lo escogí de unos que tiene tu mama porque se los mire cuando se los estaba probando y había unos rojos que le quedaban bien apretaditos y bien ajustados, recuerdo que me contaste que tiene muchos y que le gusta enseñárselos a medio mundo; la mire que se los presumía al vecino, al jardinero y también al que reparte la pizza. Pero tu me dijiste que se enojaba mas con tu papa cuando se los quitaba y mas cuando se los ponía, que se los dejaba todos aguados.

Yo te los escogí por que nunca te he visto con unos puestos, me acuerdo que una vez te pusiste unos que la mera verdad estaban para llorar todos deshilachados y con agujeros por todos lados. Ya ves que en tiempo de frío siempre las traes heladas tengo que encremartelas y masajeartelas por un rato para que se te calienten.

Bueno mi amor, me despido y espero te guste mi regalo, si me esperas esta noche yo voy a verte y quiero tener el privilegio de ponértelos yo mismo

Hasta luego

Besos

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