La Reflexión del Día

La Reflexión del Día

Griselda Galvez

17/07/2017

«Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad»

Esta perfecta frase se encuentra en Eclesiastés 1:2

Quien mejor que yo comprende esta frase en la actualidad.

Soy el tipo de persona que se esmera por aprender, por mejorar, por dar lo mejor de sí en los proyectos que se involucra.

Pero hoy reflexiono en el hecho de que he sacrificado mi tiempo de descanso, convivencia familiar y social, en algunos casos hasta mi salud y para qué?

¿Cual ha sido mi recompensa? Varias visitas al doctor por estrés.

Y en estas actividades aunque logre mi cometido de éxito, no encontré la satisfacción que esperaba.

Es entonces cuando cabe la otra frase que dice:

«¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?» (Eclesiastés 1:3)

El problema es que deposite mi energía en los proyectos equivocados.

Lo que realmente me da satisfacción en la vida, es mi tiempo con Dios, tiempo con mi familia, tiempo para mi.

Porque allí realmente puedo descanzar, mi salud se restablece, este tiempo me llena, me hace sonreír.

Mi consejo es crear un equilibrio. Sí, debemos esforzarnos por ser buenos estudiantes, buenos trabajadores, hacer lo que viene a nuestras manos según nuestras fuerzas.

Pero jamás permitir que estos afanes de la vida se conviertan en la prioridad, este siempre es un error común. Nos preocupamos tanto por cosas pasajeras y descuidamos lo importante como nuestra alma, nuestra familia, nuestra salud, nuestros principios. etc.

Hoy reconozco que cuando le pides ayuda a Dios para ordenar tu vida, encuentras respuesta. Así que quiero compartir esto con todo aquel que quiera saber.

Cuando dedicas tu tiempo a Dios, el se encarga de brindarte ayuda en tus proyectos y todo te sale bien, y aún más, te guarda de malas decisiones que en un futuro te pueden arruinar la vida. Con él no hay nada que sea imposible.

Y ahora el siguiente versículo:

«El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre» (Eclesiastés 12:13)

Yo conozco a un Dios que me ama y te ama también. Mi consejo es: «Déjate Amar por Él y tus problemas terminarán».

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