Muchos me han tildado de feminista, pero quiero aclararles que no soy feminista, ni feminazi, ni mucho menos machista, no creo en la guerra de los sexos, de hecho no creo en ninguna guerra, ya que esta conlleva a la conclusión irrevocable de que hay un perdedor y un vencedor, más bien, podría definirme sin ánimos de encasillarme en algún grupo, como parte de una lucha, una lucha entre ambos, entre iguales, por lo tanto, me declaro persona, me declaro ser humano, no exalto a la mujer y no exalto al hombre ya que esto conduce a declarar que uno posee más valor que el otro, así que solo exalto a la humanidad misma, cuyo origen tuvo de la madre tierra, la que nos vio nacer y la que nos verá morir, siendo así, sólo queda declararnos como ciudadanos de paso por este mundo, y aunque creo firmemente en una sociedad que tal vez suene utópica para muchos, creo en la igualdad de derechos, de condiciones y de expectativas, pensarás que es sólo un sueño, pero acaso de sueños no se vive en un comienzo para moldearlos en realidades?. Y es que si lo piensas detenidamente, todo parte de una serena igualdad, porque sin mujer no habría nacimiento, pero sin hombre no habría concepción, por lo tanto, soñar con la igualdad no es finalmente tan utópico como podría pensarse y es que lo más importante se ha hecho en pares, sin embargo, lo que sí parece utópico es soñarlo y no hacer nada por un cambio, y el cambio comienza en ti mismo, en el pequeño que juega muñecas y en la pequeña que juegue futbol, o mejor aún en los dos pequeños que juegan a muñecas futbolistas, ya basta de estúpidos estereotipos, de etiquetar a una persona por lo que parece y nunca por lo que es, pues si bien somos humanos y estamos sólo de paso, no vale arriesgar la corta existencia en tanta discriminación, es tiempo de que te empoderes por ti mismo, exalta tu poder de humano, pero del ser, del saber ser y del poder ser, exáltate ser humano y deja una huella en el suelo que sea tan fuerte y difícil de olvidar y tan firme en el tiempo que resuene y retumbe generación tras generación. Se ha perdido fe en la humanidad, pero no quiero ser parte de ese sector, quiero seguir teniendo fe, fe en mí y en vos, tan capaz de hacer grandes y maravillosas cosas, como la maravilla final que venimos siendo, somos del universo, la más hermosa creación.

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