Tenía ojos tristes como un día de tormenta, de alguna manera parecía que no le pertenecían, eran inquietantes y extraños. Se contradecían con la sonrisa que poseía, esta era alegre, encantadora, sincera y sencilla.
Me di cuenta que dentro de aquellas bellas ventanas del alma, había un mundo, que nunca había conocido un día sin lluvia y que el sol solo era una promesa que no se había cumplido, y a pesar de todo esto se estaba bien ahí. No supe en que momento paso, en que momento me convertí en un habitante más de aquel lugar. Camine buscando refugio y en el centro de aquel universo lo encontré. Descubrí la esencia de su alma y de donde fruía la energía para generar tan hermosa sonrisa.
Su alma en apariencia es un día lluvioso, pero dentro de ella, en ese mundo, puedes encontrar un lugar cálido y alegre, donde puedes descansar y protegerte de todo.
Ahora mi hogar está en el universo, de esos ojos de tormenta.
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