La tribu de las ideas

La tribu de las ideas

Pecas de Bronce

11/07/2017

A veces sucede que nos aferramos tanto a una idea que la soñamos al dormir y la vivimos al soñar. Ya estando despiertos la aprendemos a vivir como si fuera algo real, se vuelve palpable a todos los sentidos, toma forma y anhelos. La fuerza de una idea en nuestras mentes se vuelve tan grande que empieza a adquirir una identidad, un peso sobre nuestras vidas, se vuelve infalible, necesaria y a veces destructiva. Las ideas, una sola te lleva al clímax y esa misma te lleva al purgatorio de toda religión. Las ideas, las cuales divisas, sientes, olfateas, degustas y respiras como si fueran oxígeno. Las ideas, que adoptan forma, identidad y hasta voluntad, se vuelven un ser tan vivo como tú, al tener anhelos coexisten contigo y al volverse poderosas te hacen vulnerable y hasta frágil como vidrio de azúcar. Las ideas, creadoras y destructivas, generan más daño que una tonelada de nitroglicerina. Las ideas que navegan en mares y vuelan los cielos, que recorren universos y saltan en el tiempo, que toman forma y cuerpo e invaden tu mente como hunos en terrenos distantes. Las ideas que tienen voluntad, que te elevan y te aterrizan, te toman en su filosofía sin intención alguna de libertad. Las ideas ahora son subversivas, con objetivos y metas, con ambición y hasta con maldad. Las ideas que empezaron con buena intención, han generado controversia por su forma de pensar.

Ten cuidado con las ideas, dales agua y alimento, permíteles crecer pero jamás les des tu voluntad, porque esa es la fuerza que te va atrapar, sea para bien o sea para mal.

Desde el fondo de una caverna, escribe un rehén

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