MADRE = MA + PADRE

De niños MAMÁ y PAPÁ son las primeras palabras que con ansias muchas personas esperan que aprendas a decir, quizás antes de estas haya estado un no, si, hola, chao, ya ves que somos muy variados desde que iniciamos nuestra historia de vida, pero sin duda, mamá y papá, son esas que producen motivación cuando vemos las cosas perdidas y dejamos que la confianza en nosotros mismos se nos vaya de las manos.

Rebeldes sin causa desde niños, cuando buscábamos tener un juguete nuevo, una golosina, una ropa o simplemente no queríamos hacer nada, éramos capaces de echar gritos fuertes, juntar las cejas, fruncir la nariz y hacer una mueca, la combinación perfecta junto al cruce de los brazos para oponernos a obedecer, la consecuencia de ese acto nunca dejo de ser el regaño de un padre y la mirada de descontento de una madre, cuando de corregir nuestro comportamiento se trataba.

Pero lo especial de todo esto, era cuando entendíamos, que la llamada de atención de nuestro padre nos formaba para ser disciplinados y capaces de saber tomar buenas decisiones; que la cercanía de nuestra madre diciéndonos: esa no es la forma de actuar, no debes ser así, hoy no se pudo, pero ya verás que a la próxima te compraremos lo que tú quieres o ya será como tú quieras, nos enseñaba a ver las cosas desde otro punto de vista, cambiando el, no puedo tener lo que quiero, a que debo hacer o que necesito cambiar para tenerlo, madurando así nuestro lado sensible y comprensivo.

En la adolescencia, experimentamos una etapa tras otra, sin tiempo para saber con exactitud que está bien y que está mal, influenciados por la sociedad, creyendo en la realidad de lo que nos rodea y nos lastimamos, a veces del corazón, a veces el cuerpo, debido a malas decisiones y amistades erradas dejamos nuestro amor propio de lado y nos ahogamos en vicios, que lo único que hicieron, fue consumirnos.

Y solo cuando sientes perder el camino, y tocando fondo, llegas a comprender que las únicas personas que siempre estarán para ti, serán tu mamá y tu papá de distinta forma pero de necesidad mutua, ¿por qué es así?, te preguntas y la respuesta no cambia, desde siempre sabes que tu mamá es la vida, el amor incondicional, puro e infinito, la complicidad, el consuelo, la protección, el cuidado, el cariño, el sacrificio, el esfuerzo, el regaño con abrazos y un beso, la felicidad hecha mujer para demostrarle de lo que somos capaces, y tu papá ha sido la vida, la protección camuflada, el guerrero que nunca se rindió, el humorista en sus ratos buenos, los consejos crudos y más honestos para hacerte pisar firme en el suelo que decides dejar huella, el de los valores que te enseñaron a decir si y no con fuerza, quien nos preparó para la vida.

Cada uno de los años que compartimos con ellos, no los cambiaríamos por nada, porque cada día, aprendimos a ser un poquito más como ellos, pero siendo nosotros mismos, parece trabalenguas, pero si ahora mismo te ves en un espejo veras los rasgos físicos que te dieron, la estatura, el color de ojos, de piel, la forma de tu cara, y así muchas cosas más, si identificas tus habilidades, tus pasiones y tus sueños, dirás: Oh!, me parezco más a papa o a mama y junto con tu esencia serás la combinación perfecta de los dos. Y no importa cuántos años tengas, la vida si te golpea duro, o te premia por tu esfuerzo te hará sentir la necesidad de volver a los brazos de mamá y papá.

Sin embargo, desde otro sentido, mamá y papá no necesitan ser solo biológicos para ser llamados así, porque estuvo un abuelo que fue un padre, una abuela que fue una madre y aun ellos teniendo una edad avanzada lucharon con alma y corazón de jóvenes, para darles un futuro a sus nietos que siempre recibieron su amor como hijos; estuvo una madre que nunca se dio por vencida para sacar a sus hijas adelante y darles todo lo que estuvo a su alcance, y por más que la vida le puso muchos obstáculos, los supero a cada uno de ellos, y lloraba de alegría cada vez que su hija mayor cumplía lo que se proponía, y esto era fruto del valorar todo el esfuerzo de su madre, y la hija pequeña extraordinaria por naturaleza, le hacían notar que estaba criando a dos mujeres tan fuertes como ella, teniendo el rol bien puesto y merecido de padre y madre a la vez; estuvo el hermano que valoro el amor de familia desde muy pequeño y también asumió el rol de padre y madre a la vez, haciéndole saber a su hermana que aun a la distancia sus padres la amaban y nunca dejo de cuidarla y hoy es una pieza fundamental en la vida de la pequeña, a lo que ahora ella dice:

– Mi ñaño siempre me quiere pero a su manera, siempre me apoya, es el único hermanito que tengo por eso lo quiero mucho, y cuando sea grande le apoyaré y no me rendiré hasta lograrlo, mi hermano siempre será mi vida y mi alma gemela, yo no sé qué haría sin un hermanito, por eso agradezco a Diosito que me trajo a un hermanito para que me cuide y me proteja, yo nunca me separare de él, reconozco que le molesto mucho pero él me comprende. Sin mi ñañito no sé qué haría él siempre me cuido de pequeña y yo le pago con estas palabra que me nacen del corazón. NUNCA TE DEJARE ÑAÑITO!! Te quiero mucho ❤️☺️.!

Por esta y muchas razones más, una madre y un padre serán en nuestro corazón, la fórmula perfecta para hacernos más humanos, porque con ellos creamos un vínculo de confianza, gracias a ellos tenemos una guía en un camino llamado vida, y todo lo que hemos conseguido hasta el día de hoy ha sido por su esfuerzo y entrega plena para con nosotros.

La tarea de ser padre y madre, no viene escrita en un libro, no hay guías prácticas como en un laboratorio, no nos permite sacar conclusiones y tener recomendaciones para volver a intentar desempeñar estos papeles, no hay planos con medidas exactas para construir una familia, no hay equipos electrónicos que nos ayuden a inculcar valores, solo a través de la practica experimentaremos esta tarea, aseguremos de ser los hijos auténticos y demos un trato extraordinario a nuestros padres ahora que los tenemos, porque algún día, seremos MAMÁ O PAPÁ.

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