Llevo metido aqui casi dos días y no sé qué hacer, el olor a basura ya se me hace algo normal y recuerdo que al principio no podía soportar las ganas de vomitar.

No sé qué será de mí vida, solo se que debo protegerla.

Ella agonizaba y pedía que la ayudarán, la sangre salía por todas las perforaciones de su cuerpo. Sus ojos se habrían como platos tras hacer cada herida.

Trate, juro que trate de ayudarla, hice todo lo que pude. Pero no fue suficiente.

El infeliz se va a arrepentir por todo. Lo juro.

Camino hacia lo que antes era mí casa, puedo ver al infeliz que la daño junto a otra mujer revolcándose como un cerdo. Como el cerdo que es.

No tiene vergüenza en acostarse en la cama que compartía con ella. La ira invade mí cuerpo y sin poder hacer nada observo el lugar. Tras pasar unas horas la mujer sale, el cerdo infeliz está durmiendo con la barriga hacia arriba.

Tomo un cuchillo, ese que ella ocupa para cocinar. No puedo evitar pensar en su rostro al sentir cada apuñalada.

Me acerco al infeliz, y miro detalladamente su cara. Asco es todo lo que siento. Tomo un calcetín y lo dejo a mí alcance.

Agarro su miembro flácido y sin pensarlo dos veces pasó el filo del cuchillo provocando un corte profundo en el.

El cerdo gritando se despierta, tomo el calcetín y se lo meto en la bocas. Grita y pide que lo ayude pero solo se escuchan como gemidos de dolor, de ese dolor que el provocó.

– Te gusta infeliz? – hablo sigiloso. – ya no te servirá para dañarla – Tomo con fuerza el cuchillo y se lo clavo en el abdomen- dime, te gusta el dolor? – Sus gemidos se profundizan.

Nuevamente lo hiero pero esta vez son seguidas. Una, dos, tres, cuatro… Y ya perdí la cuenta.

– Ahora ella estará bien si ti

Deja de respirar y siento como el alma vuelve a mí cuerpo. Por fin el tormento se acabó. Años lastimandola, años permitiendolo, pero ya no más. Hoy se acabó.

Cómo puedo vuelvo al basurero y la veo ahí, está sentada.

– Ten mami, te traje algo de ropa y perfume, ya hueles un poquito feo y así nadie te va a querer. Pero no te preocupes, yo te querré siempre. Aunque estés moradorita te ves bonita para mí mami, te amo y siempre te cuidare, lo juro.

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