A veces, suelo alejarme como un animal herido.

Me aparto y me oculto

sumergido por una terrible tristeza que me carcome el alma.

No es tu culpa, amor mío, no te culpes.

Es culpa del tiempo, de la lluvia, de los recuerdos.

Esto de alejarme de ti ya no me está funcionando,

no tienes por que soportar mis abandonos,

mi indiferencia.

Me hago el fuerte y me digo a mi mismo que no te necesito,

que no necesito de ti pero… te necesito

Te necesito

y con frío en este refugio inútil te recuerdo,

recuerdo que no estoy solo,

recuerdo que soy tuyo y que eres mía.

recuerdo que estás ahí

en casa

esperando por mi.

Suena en mi mente:

La necesito,

la necesito por esa sonrisa hermosa,

por esa mirada tierna que se posa en mi con tanto amor,

por ese abrazo cálido,

por ese lugar que tengo en su pecho,

por su amor,

por su esperanza,

por su fe,

por su fe en que puedo ser feliz…

Lloro y me abrazo el alma

y ansío que estos brazos débiles sean tuyos

para abrazarme fuerte

aunque hoy

ya no estemos juntos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS