Reparo corazones y otros males

Reparo corazones y otros males

Icemann1900

23/06/2017

Un señor cuyos años de edad eran muchos, y al cual le gustaban muchos los desafíos, decidió un día dedicarse a reparar el corazón y otros males, sí corazones, extraña profesión la que eligió, luego de retirarse de su pasión, que fueron siempre los automóviles, dijo la vida me ha tratado muy bien durante muchos años, ahora por lo tanto corresponde darle a otros un poco de lo que he recibido, pensaba porque no ayudar a otros, a buscar la felicidad…

Entonces decidió ocupar todos sus recursos, se propuso buscar un lugar donde instalarse, y tras un largo de tiempo de búsqueda, creyó encontrar lo que necesitaba, en la localidad de piedra roja, arrendó un lugar muy triste, el cual comenzó a restaurar poco a poco, pintó de colores muy hermosos y llamativos para crear expectación en los alrededores, puso un gran letrero, donde decía aquí pronta inauguración, unos decían será una tienda de abarrotes, otros una lavandería, o tal vez una fábrica de pinturas.

Don Gerardo abrió su local donde reparaba el corazón y otros males, y el primer paciente fue un joven muy desconfiado, quien confesó que él y su novia ya no se llevaban bien, todo había cambiado, siento que ella me ama, pero yo no puedo retribuirle su cariño, no sé qué pasa, hay un dolor en mi pecho muy intenso que me inunda, luego de escuchar parte del relato, le dijo muy bien, déjame examinarte y se puso a revisar el corazón enfermo, ¿casi de inmediato diagnosticó su dolencia? dijo aquí está el problema, tienes un pedazo de desconfianza atascado y es muy grande y detrás de él hay bastante amor acumulado pero no tiene por donde salir, ese es el dolor que sientes, además también te puedo decir porque se produjo, déjame ver, sí aquí está, fue un malentendido, que Tú no quisiste aclarar hijo, si hubieras escuchado a tu amor, en vez de enojarte esto no te hubiera pasado y casi al instante sintió alivio.

¿Cuánto le debo señor ? nada me debes muchacho, solo corre donde tu prometida y dile cuanto la amas cuando ambos sonrían, yo me daré por pagado, y tomó el trozo de desconfianza y lo dejó dentro de un recipiente tapado…

El día jueves muy temprano llegó al local una madre y su hijo, la frágil mujer vestía modestamente, su semblante se veía muy mal, en cambio el joven no tenía señales de ser afectado por nada, rápidamente la atendió, le dijo señora? en que puedo ayudarla, luego de observarla dijo, en realidad no es a usted a quien debo atender sino al muchacho, el joven se sorprendió, dijo yo no necesito su ayuda, ella sí, el dueño del local lo miró fijamente a los ojos y le indico, joven tú lo necesitas?, puedo sentir que hace bastante tiempo andas en malos pasos por la vida.

Te lo puedo decir con mucha propiedad, porque Yo también fui viajero de ese camino, en otra época, lo conozco muy bien, ese es el motivo por el cual esta mujer, tiene problemas de salud. Ella vela y muere por ti y tú solo causas problemas? sin embargo esta dama espera pacientemente que tú cambies.

En ese instante, el dependiente tomó los corazones de sus pacientes y los intercambió, la madre en el acto sintió la vitalidad de un joven brioso, sus pupilas se dilataron y su salud se recuperó al instante, en tanto el hijo no tenía fuerzas para sostenerse en pie y tuvo que sentarse, pues palideció, sintió un gran malestar, que lo estremecía, y no pudo resistir la angustia soltando un gran llanto mientras sus lagrimas cayeron al piso, se arrodilló y pidió perdón a su progenitora, yo te he fallado durante muchos años sin darme cuenta y tú lo soportaste en silencio por mí, desde ahora cambiaré, no dejaré nunca más que un dolor así, te abata madre mía, te quiero muchos años más conmigo y en ese instante se fundieron en un abrazo, donde las penas dejaron lugar a la alegría y las sonrisas sellaron un pacto tácito entre ellos.

En ese instante cayeron al piso los errores del hijo, señor cuánta razón tenían sus palabras, a veces la juventud, nos hace altaneros y sin respeto, a ratos nos creemos los dueños del mundo, sin embargo no vivimos solos, dijo el muchacho, cuanto le debo por sus servicios, nada me debes, me doy por pagado al verlos sonreír a ambos ese el precio que pido, solo sonrisas, tomó nuevamente el frasco y guardó en el, los errores y el llanto.

En otra oportunidad una hermosa joven, muy ansiosa ,primera vez que visitaban, un lugar, donde se reparaba el corazón y otros males, contó brevemente su problema, y tras meditar un poco dijo esto, tú vives la vida muy apresuradamente y quieres que todo sea a tu ritmo, déjame decirte algo, todo tiene su tiempo, no puedes apurar una flor en abrirse, porque si lo haces, no será tan bella, me entiendes, sí señor, bien tengo lo que necesitas, fue a un aparador, y extrajo de un cajón una pequeña botella, te daré unas cucharadas de paciencia, debes tomarla a diario, para cuando termine el mes, te sentirás mejor. En cuanto al precio de mi trabajo, hoy la consulta es gratis, puedes irte adiós muchacha, adiós señor gracias…

Una joven pareja, llegó a la consulta, ambos estaban peleados, cada uno decía amar más al otro y ninguno quería dejar en su postura, pues ambos eran muy soberbios y testarudos explicaron a su modo lo que les sucedía, él los miró muy fijamente y sin tomar partido con ninguno dijo, muchachos ya que ninguno quiere ceder, dejaremos que el amor decida, y cómo es eso dijeron ambos, les haré una pregunta muy directa, están muy enamorados uno del otro, cierto ¿si señor? ¡ lo estamos ! respondieron al unisonó y sin querer se tomaron de la mano nuevamente, bien, entonces déjenme ver sus abdómenes.

Un tanto asombrados y aunque con reparos, ambos levantaron un poco sus ropas, y comenzó a contar, tú muchacha tienes, una, dos, tres, cuatro y cinco y tú mi amigo tienes también tres, cuatro y cinco mariposas, en el estomago también, si es que alguno tenía dudas del amor que siente uno por el otro, sé que se aman y mucho de eso no tengo dudas, solo les falta ser más tolerantes, cuando ambos lo sean, nunca más tendrán problemas, se los aseguro, y ahora vayan, disfruten de la vida, que tienen por delante…

Cerró la consulta por ese día y dijo que bien se siente el alma, cuando ayudas a otros, y se fue camino a casa, mientras en la calle la gente lo saludaba, con agrado y El les correspondía el saludo a todos.

Luego de atender a muchas personas mas del pueblo y de otras localidades cercanas, pensó que su misión estaba cumplida, si bien es cierto nunca se cansaría de ayudar a otros, también consideraba que ya era tiempo de partir.

Para ello comenzó a desmantelar el local, la voz se corrió rápidamente y llegó mucha gente a tratar de convencerlo de no irse, le decían señor por favor, no nos deje, usted ayudo a muchos en este lugar, y nunca nos cobro nada, por favor quédese con nosotros.

Muchachos y amigos les agradezco sus palabras, pero mi tiempo aquí se ha terminado, hay otros quienes también necesitan ayuda y es mi deber poder brindárselas, me voy muy agradecido de todos ustedes, mi misión fue que encontraran entre ustedes la esperanza y la amistad, y lo logré.

Llegué, a un lugar opaco, donde pocos se conocían y ahora muchos se conocen, y al terminar de despedirme también quiero agregar algo, ahora sonríen, por sí mismos, sin que nadie les cobre sonrisas, Yo no puedo terminar con los males, del mundo pero creo haber hecho de esta localidad un mejor lugar para vivir, de este pueblo me llevo un frasco lleno de errores, desconfianza, vida acelerada, falta de fe, tristeza, llantos, testarudez, soberbia y otros males que vivían entre ustedes y que no volverán en la medida que ustedes quieran, hizo un ademan, sonrío, tomó su maletín, su abrigo y se fue caminando hacia el Este.

FIN

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