​​DONDE EL MUNDO VEREDAS LLEVA

Me faltas como el sol a la vida,

¡cómo el sol a la humanidad y a la naturaleza!

¿Dónde estás Papá? ¿Por qué me abandonaste?

¿Sabes? ¡Me haces mucha falta!

Vivo insegura, rodeada de dragones

que tal vez sólo en mi mente vivan.

Me faltas como el sol al día,

¡cómo la luna a la noche!

¡Cómo el sostén del universo…!

¡Cómo mis vestiduras!

Me haces falta Papá, como el cerro a cada frontera,

como el mar a los peces, como el camino para el caminante,

me faltas tú, Papá, dime por qué no piensas en mí.

Me faltas Papá, como la vereda de aquella ciudad,

me haces mucha falta, como las nubes al cielo,

como el viento a mi pelo que lo pone a bailar,

como brumas sin ti, vivo en estas tierras extrajeras.

Me faltas Papá, como las piedras al río,

como el pastizal al ganado, como la historia al mundo

y como mi vida sin vida, porque tú no estás.

Entre distancias Papá, entre distancias me viniste a dejar,

pensando que alguien por ti me podría cuidar,

pero nadie me hablo de ti y con falta de amor crecí.

Me faltas como las olas a la mar, como la brisa a la playa,

como el título a un poema, como las letras a la música,

me faltas como la luz a la morada, me faltas como el nido al árbol

como la pareja de pajaritos enamorados, que le dan sabor al mundo,

me faltas como los huevecillos en el nido de aquellas palomas

que empollan a sus polluelos.

Me faltas Papá, como el canto de las aves de cada amanecer,

recordándonos un nuevo día que está por empezar,

como el primer rayito de sol que asoma por ese cerro.

Me faltas como toda la vegetación a la tierra,

aún así me faltas, como mi voz, mi llanto, mi risa…

¡me faltas Papá!

Nota: Este poema se dice con la espalda al público, porque representa al padre que jamás imaginé que vivía… por eso así digo este poema. Al final, miro al público y busco a mi papá.

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