Frente al espejo, hay alguien observándome mientras el aura se torna trágica y las visiones reales. Las letras que se escriben en el taller hacen que el espejo comience a mostrar lo que nos acompaña en la habitación. Nauseabunda, indiscriminada y tan deseable sensación. Era yo, quien estaba frente al espejo contemplando la pequeña parte del infierno mientras un demonio besaba mi cuello, mientras los demás morían escribiendo su suerte y sus miserables deseos, noté que el espejo no era inerte…

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