De pronto se pronuncia el cielo, denso y apasionado,

La azul y la violeta tornan un glorioso cielo colorado,

Desde mi ventana naufragan mis ojitos nublados.

De pronto las letras se vienen acercando, de pronto el pasado viene regurgitando; septiembre 11, septiembre 11.

¡Aquí nada es como lo han pintao’!,

Asediada la moneda, tanta lágrima afuera, tanta lágrima mi Dios.

A bocajarro le han disparado, con la metralleta obsequiada por el cubano Fidel Castro,

-Según el enunciao’- Fue su voluntad.

Aquí yace Allende «suicidado».

Y de pronto calla el cielo, denso y apasionado,

La azul y la violeta tornan un triste cielo colorado.

Desde mi ventana naufragan mis ojitos en el pasado.

De pronto se tiñe de sangre el alma de los aguerridos indignados,

Su muerte no es misterio para el militar manchado,

El general Baeza- dijo con insospechada dimensión- «hasta los mejores secretos de la historia se terminan por desvestir»,

Y Para mi Allende,

Salvador.

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