El tacto de los amantes siembra soledad…
¡Que hermoso lenguaje! ese que no sabe de palabras, ni piedad.
El tacto de los amantes que trasciende a la carne, devora el espíritu bajo la húmeda melodía del silencio.
¡Que hermosa la vida! cuando forma permanencia de lo efímero y retiene su existencia en el abismo…
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