Nos miramos.

Nos miramos.

Anna Asspa

22/05/2017

Llegado el instante en que no se pueden pronunciar promesas ni pretender verdades.

Caemos frente a frente y nos miramos…

Llegado el momento en que nos desviamos del camino y nos volvimos los pasos que andar no quisimos.
Caemos lado a lado y nos tomamos de la mano.


Llegando bajo las sombras y cubiertos con el polvo del tiempo.
De entre los escombros nos rescatamos.

Sin imposibles que ambicionar o fantasías para esculpir.
Con el tacto desnudo de la realidad, nos acariciamos.

Despintando juventud de nuestros cuerpos, revelando el inevitable destino en senectud.
Desfiguramos la memoria y sus razones, expuestos a la luz del horizonte .
Mezclamos nuestras almas que se filtran como liquido, en las porosas paredes del miedo.
Nos volvemos vapor por el calor en nuestros pechos, las flores y su instinto siniestro de cubrir espinas.
Respiramos el aroma de lo absurdo y devoramos el sabor de lo incierto .
Porque llegado el instante en que no se pueden pronunciar promesas, ni pretender verdades.
Caemos frente a frente y nos miramos.
Caemos lado a lado y nos tomamos de la mano.
Dejamos por un momento el mundo y escapamos al entrar el uno en el otro.
Que lugar tan extrañamente conocido y cálidamente vacío.
¡Que clase de mentira tan honesta, el infinito dolor que guarda tanto amor!
En lo mas profundo el uno del otro, ahí donde vivimos bajo sombras y cubiertos por el polvo del tiempo.
De entre los escombros nos rescatamos y existimos al acompañarnos.
Cuando sin gota de pertenencia, logramos ser la completa entrega.

Llegado el instante en que no se pueden pronunciar promesas, ni pretender verdades…

Caemos frente a frente y con los ojos de la vida, nos miramos nuevamente.

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