El verso humano.

Me gusta de vez en cuando.

Mientras en lo cotidiano ando.
Escribir y escribir a mano.
Mancharme al paso de tinta.
Andar con las palmas sucias.
Ser como una «obrerita» del verso.
Y no esperar hacer un monumento del texto.
Sin antes provocarle sudor al alma.

No me gusta cubrirme el sol del mundo.
Aunque de noche ande que ande.
Mi corazón de día también arde.

Prefiero traer las manos sucias de tinta.
Y el alma manchada de vida.
Aunque no sea creadora de un arte mayor y perfecto.
Me gusta saber construir, caminos todos los días.

Yo no habito en el imperio del libro.
Llevo varios formatos, una voz hecha mil modos.
Y sin importar cual sea, busco ensuciarme con todos.

Me gusta de vez en cuando.
Darle al verso una mano.
Quitarle lo solemne…
Volverlo mas humano.