A la Tierra en 10 de mayo.

Melancólica alegría le da la lluvia.

Esta tarde de júbilo a la Madre Tierra.

La empapa de brisa y quietud primaveral.
Para que llore y se abrace de humedad.

Amada por sus flores, cuarteada por los soles .
Fúnebre por los hijos que la guerra le ha quitado.
Su vapor está cansado, triste de vez en cuando.
¿Cómo vistes tu tarde de mayo?
¿La hoja te acaricia si el mundo te olvida?

No te sientas sola entre tanta gente.
Aunque la muerte cabalgue sobre ti.

¡Oh cuna de vida tan colorida como sombría!
Yo te canto una canción
Yo te escribo un par de líneas.
A ti y a lo que sufre .
Al dolor que se derrama ante lo incierto.
A tus mares, tus selvas, tus desiertos, tus bosques … tus ciudades.

A tus madres, padres e hijos que están en pie, durante las tempestades.
A todo origen de creación, a tus rebeldes nacimientos.
Que se atreven a existir aun en la crisis y sus tiempos.

Yo le canto Tierra, a ti y a tu tristeza.
Y le escribo a tu silencio, a tu ruido.
A tu preocupación, a tus años viejos, a tu nueva era.
Al grito en tu tormenta, a la ira del huracán.
A tu cansancio, tu enojo, tu persistencia.

Porque me entiendes y te entiendo.
Por ser mi casa y mi sustento.
Porque si estas débil te envuelvo de viento.
En la oleada de guirnaldas yo no niego tus espinas.
Madre primera, de estación en estación .
No sonrías si no quieres y descansa bajo el cielo nublado.
Yo me quedo contigo, en el va y ven de la lluvia.
Esa que te llena de humedad para que puedas llorar.

oh Tierra, madre mía y nuestra.

Fragmentada en tus fronteras y vuelta campos de guerra.
Deja que la brisa te bese las mejillas y te riegue de esperanza.
¡No te sientas sola madre Tierra!
Pues mientras exista un ultimo aliento.
Serás la mas besada del universo.

Tu que le has dado testigos a otros mundos.
Tu que nos sostienes en tus brazos cansados.
Nunca dejes de revelarte al cielo nublado.

Dale color a la tarde, animate que mucho vales.
Y celebra Madre, que aquí estamos aun tus hijos.