Mis cortes, ¿que son para mi?

¿Son acaso solo marcas en mi piel?, esas marcas que me hacen recordar lo que se sentía ver mi sangre derramar?. No hablo de esos cortes, no de esas cicatrices, no me refiero a las de mi piel, sino a las de mi corazón. Se siente como si hubiesen tomado un cuchillo y me lo hayan clavado mil veces justo en el mismo lugar, y en efecto eso fue lo que sucedió, pero aveces no hace falta de un cuchillo o una navaja para crear una cicatriz, tal vez te preguntes como, y es que aveces solo hacen falta palabras o hasta acciones para crear una herida tan dolorosa que no solo se queda en el corazón sino también en la mente.

Estas cicatrices internas son las mas dolorosas. Como dicen, «Los cortes son gritos silenciosos», y es así, son gritos de desconfianza, de inseguridad,tristeza. Nuestros brazos, nuestros cuerpo no es papel y esa filosa hoja de acero no es ningún lápiz, no dibujes en ti como si no hubiera fin.

Recuerdo la primera vez que mi piel se erizo al sentir esa fría y angustiante sensación de vacío interior,»la primera cicatriz». Es algo que nunca olvidare ya que la primera marca, aunque es la mas dolorosa, a la vez la que mas te enseña y te da la fuerza para enfrentarte a lo que sea.

Se que no puedo retroceder en el tiempo y evitar esos cortes, pero si tuviera la oportunidad de hacerlo, volvería a realizar cada corte, porque ahora que veo mis cicatrices recuerdo las guerras que pase y en realidad me alegra haber ganado.

Así es, los cortes son marcas de guerra, gotas de sangre que cuando caigan contaban una historia.

No son motivos de burla, ni desprecio, yo no me avergüenzo de que la gente vea las marcas en mi piel, porque solo yo se lo que tuve que pasar para llegar a tenerlas, porque supere esa etapa dolorosa de mi vida, y con eso estoy feliz.

No dejes que tus cicatrices te desangren la vida.

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