Aprendí (extraído de «Ella y yo contra todo»)

Aprendí (extraído de «Ella y yo contra todo»)

Aprendí a respetar y a mirar por los demás,

a estrechar la mano y volverla a guardar;

a andar con más cuidado y despacito caminar,

a amar cuando eres amado y al odio rechazar.

«No me importa que no me quieran si ella está conmigo».

He aprendido de los colores más profundos,

solo así puedo ver el mundo.

La luna plateada no siempre es redonda,

y el sol dorado a veces puede hacer sombra;

los amores de verdad no llevan un «para siempre»,

y los «amores» de una rato estarán siempre presentes.

Las pisadas de un extraño te llevan a muchos lugares

y las de un conocido solo te llevan a la misma calle.

La verdad siempre está dispuesta a salir

y la mentira se esconde en el miedo,

el miedo a vivir lejos de aquí,

donde no mande el Don Dinero.

La libertad está en las palabras,

y la esclavitud en almas enterradas.

Una promesa son unos brazos que te abrazan,

de los que no te puedes deshacer,

y un incumplimiento es una falta del «no saber querer».

He aprendido muchas cosas en esta vida,

una de ellas es no confiar en la gente que en ti no confía.

También he descubierto que hay pocos amigos verdaderos,

y son aquellos que te ayudan en los malos momentos.

Después de escribirle tantos versos,

me he dado cuando que no sirve de nada,

que las estrellas están en sus besos,

y la luna es su profunda mirada.

Que mis «tequieros» anidan en su pelo,

y mi orgullo está escrito por todo su cuerpo.

He conocido guerras y he estado muy mal,

luchando contra la mierda que nos quita el bien estar.

El hambre se apodera de vidas,

pero más que vidas son muertes;

niños y niñas en barcos desfilan,

hoy no fallecerán si tienen suerte.

Yo mientras tanto estaré dibujando sobre un papel en blanco,

por todos aquellos que me han enseñado

a vivir el presente y dejar atrás el pasado.

Estaré haciendo algo que nadie me puede quitar,

por eso gritaré con mis pulmones hasta hacerlos reventar:

Por las injusticias, por lo malos tratos,

por matar las acaricias, por no pagar los platos;

por los errores cometidos sin pedir disculpas,

por aquellas personas que no tienen mudas,

por el hambre, por la sed, por el frío y el calor,

por robar la palabra cuando alguien tiene razón,

por no dejar hablar al que mas sabe y expresar su voz,

por los que no tienen corazón…

ni siquiera sangre en las venas,

el honor lo llevan dentro, siempre en la cartera…

«Cuando el amor consiga mover el mundo, yo, abriré los ojos, para así mirar cuanto tiempo hemos perdido en poder amarnos.

Solo para eso».

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