Quedé con un amigo para vernos y nos reunimos en una terraza. Tomábamos una caña mientras comentábamos la situación política actual del país… Y dice de pronto:

– Bueno, buenooooo… ¡Te voy a contar una historia que te vas a morir de la risa! Resulta que la semana pasada vino a verme a Madrid un empresario holandés, forradísimo, que parece que puede estar interesado en mi empresa. El lunes me llamó y me invitó a cenar para hablar de negocios y al acabar la cena me dice:

– Me han recomendado un lugar donde hay unas chicas guapísimas. Si te apetece vamos y te invito a una copa.

– ¿¡En serio!? ¿Y qué hiciste? Le pregunté intrigada.

– ¡Qué iba a hacer… pues ir con él! Contestó riéndose.

– ¡Qué fuerte!

Y sigue contando:

– Bueno, llegamos al lugar recomendado y nos pedimos una copa. Cuando íbamos por la mitad de la copa, de repente, el tío se levanta, me coge la mano, me deja 300€ y se va con una chica… Yo me quedo alucinado mirando el dinero, espero a que ellos se vayan, voy a la entrada, pido mi casco y la cazadora, cojo la moto y vuelvo a mi casa a dormir. Y al día siguiente… ¿a que no sabes qué fue lo primero que hice súper contento?

-¿Te compraste unas Nike?

– ¡Nooo, qué va! Me fui directo a pagar la cuota de autónomos que ya llevaba un mes de retraso.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS