Es un día soleado tras la ventana.

Es un día soleado allá tras las ventanas y aquí adentro solo llueven conejos, criaturas suaves que caen y brincan por todas partes .

He debido comerlos a todos, saltarines y enteros, ahora luchando por salir de mi cuerpo …
Es un día soleado y la luz logra evadir mis cortinas.
Y que haces ¡oh cielo! ¡por qué intentas hacerme hablar sobre lo que ya sabes?
He tragado cientos y cientos de conejos, ahora mi andar rompe su ritmo sensato y en mis palabras se percibe un golpeteo que sube de mis piernas hasta el pecho.
Si tan solo no fuera tan arrebatada, nada de esto hubiese pasado…
Es un día soleado, tras las ventanas de los hospitales y una bella tarde para que los cirujanos abrirán mi cuerpo, liberando unos cuantos demasiados conejos .
Anécdotas de vida, cosas de todos los días, tardes de sol, euforia de algodón, que se ve destrozar en el aire como típicas alas de cartón, vueltas la espora que dispara a cada recuerdo escrito en el diario oculto de la sin razón, que en días tan estridentes, ayuda a sostenerme el corazón