Para tu libertad.

Para mi soledad…

Me llevo un ligero brote de tu esencia, un suspiro, una suave brisa.
Del cálido abrazo que me brindo algún día.

Para tu libertad, tienes toda el alma mía.
Su máximo estado de brillo y su manifestación más sombría.
Su inquietud, su dolor y su alegría.

Para mi camino, llevo un recuerdo tuyo.
Uno pequeño, que no pese con los años.
Cuando por las tardes, piense en cuanto te amo.

A tus horas, les regalo mi mirada.
Esa que te daba en las mañanas.
Intentando robar la imagen del momento.
Para transmutarla en un eterno sentimiento.

Para tu vida, llévate mi agonía.
Para tu aburrimiento, entretente con mi sufrimiento.
Con tu desdén, ven y ahógame lento.

Desgarra mi piel y vístete con ella.
Las noches frías que no tengas compañía.

Toma mis lágrimas para refrescar tu frente.
Cuando seas víctima de tus propias fiebres.

Llévate gota a gota mi sangre.
Pues tu corazón, parece secarse.

Quédate con mis labios, aunque ya estén algo gastados.
Y roba la melodía que sembraste en mi ser aquel día.

No olvides los pétalos de las flores marchitas.
Que decoraron nuestras horas benditas.

Desprende las palabras de mis diarios.
Y deja mis páginas en blanco.

Que para mi soledad.
Lo tengo todo.
Ese sentimiento vacío .
De abrazar lo que jamás ha sido mío.

Para mi soledad.
Me llevo un ligero brote de tu esencia, un suspiro, una suave brisa,
Del cálido abrazo que me brindo algún día.
Y para tu libertad…
Para tu libertad ¡tienes toda el alma mía!