Uno para todas y todas para uno

Uno para todas y todas para uno

Sábado de frío. Plan perfecto: casa, sofá y tele. llegaron las 22h. y pensé en él.

Habían pasado dos semanas desde la última vez que nos vimos.

Me arreglé y fui al local donde suele ir.

¡Y cuál fue mi sorpresa cuando vi que sus dos últimos rollos también estaban ahí! Igual que yo, esperando…

Él nunca llegó.

Una tras otra nos fuimos yendo.

Me marché la última. Y entonces me di cuenta de que ya no era “caballo ganador”.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS