ESTOY BIEN. (?)

ESTOY BIEN. (?)

Kevin Taborda

22/09/2021

Estoy bien, siempre contesto con una mirada perdida y una falsa sonrisa. Han sido tantos años de vivir en esta mentira, de fingir que realmente estoy bien cuando, no lo estoy. He tratado de motivar a las personas, pero les pregunto. ¿Cómo motivar a alguien cuando tu no lo estas? ¿Cómo ayudar a otros cuando tu no puedes ayudarte a ti mismo? ¿Cómo amar cuando no te amas a ti?. Detesto tener buena memoria, tan buena que recuerdo todo desde la primera vez que empecé a recordar. Ese cumpleaños numero cinco en donde aun recuerdo el pastel y el primer regalo que recibí, un bote. Curiosamente un bote que no flotaba, bueno por algo tenia unas pequeñas ruedas bajo el. Desde ese día, recuerdo todo de mi vida. Recuerdo como solía saltar a la cama de mis padres desde el armario fingiendo que era un super héroe, siendo un paracaidista o simplemente siendo un profesional de lucha libre mientras caía sobre mis hermanos. Es genial recordar esos días tan simples, como mi primera vez en la escuela, mi profesora Blanca y hasta mi directora. Quien por cierto aun la veo muy seguido o bueno solía hacerlo. Como olvidar cuando mi abuela murió, aun siendo tan pequeño y sin entender la muerte muy bien, tenia claro que una vez en ese cajón marrón, ya no había vuelta atrás. Como olvidar ese sueño del que desperté llorando y gritando, Vamos a morir. Yo voy a morir. Recuerdo que después de eso no todo volvió a ser igual. Quizá todo inicio aquí, después de ese sueño. Pensaba en que después de la muerte, solo quedaba el olvido. Tristemente aunque suene un poco cliché, pero escuche muchas veces la frase » todos los muertos son buenos». Pensaba que en ese preciso momento de muerte la gente te querría realmente y te decía lo que no pudo decir en vida. Aquí todo se complico un poco aun así siendo un niño, empecé a ver todo de una manera tan diferente que aun no entiendo el porque. Veía a todos mis compañeros jugar y reírse en cámara lenta. Era tan extraño que veía todo de una percepción de que el tiempo no era eterno y solo pensaba en el gran por que. Ese por que, ¿ Por que existo? ¿Por que soy así? o inclusive, ¿ por que ya no querían jugar conmigo?. ¿Era muy raro? o quizá ¿ no entendían mis juegos o mi manera de ver todo?. Recuerdo pasar horas viendo por la ventana, imaginando esa oportunidad de hacer algo tan épico y tan maravilloso que aun así perdiendo mi vida, podría salvarlos a todos. Hacer algo tan maravilloso que fuera capaz de curar un mal en el mundo y porque no. Llegar a ser reconocido por algo grande. Todo empezó a ser mas confuso para mi, solía disfrutar el desfile de independencia, ver como a todos los soldados recibían aplausos y gritos, mientras cantaban esos lemas militares que hacían que me erizara, quería estar en medio de ese desfile, quería sentirme como un héroe como todos ellos. Pensé -SI! eso es, para eso estoy aquí- . Ser un militar se convirtió en una obsesión durante casi toda mi niñez, todos mis juegos se rodeaban de eso, todo lo que veía y leía era sobre eso. A lo largo de todo ese tiempo solo pensaba en eso, sentía una gran admiración a mi hermano mayor, que es un sargento. Pensaba en cuantas misiones y aventuras había estado y hasta en cuantas vidas había salvado. Pasaron los años, solo me imaginaba en esa posición de aventura llena de heroísmo, hasta que apareció ella. No se si eran estragos hormonales de mi adolescencia o si realmente era la mujer mas linda que habían visto mis ojos. Pero simplemente apareció y me hizo pensar en otras forma de heroísmo. Ella apareció en mi escuela, porque su padre no estaba teniendo una buena situación económica, sin embargo nunca le falto nada. Aun así seguía siendo esa típica chica cool y popular que solíamos ver en esas películas de amor adolescente a las que me volví un fanático empedernido donde las veía una y otra vez, Esperando a que mi primera historia de amor fuera de esa manera. Pero bueno teniendo en cuenta que este era el mundo real, no fue así. De hecho fue horrible, lo recuerdo ahora con una risa pero pensándolo bien. Había encontrado mi porque, mi porque era tratar de demostrarle que a pesar de los malos ratos y esos cambios horribles, no todo estaba perdido y que aun se podía ser feliz, curioso que eso viniera de mi cabeza. Cuando realmente yo no lo era, pero aun así pensaba que otros podrían serlo. A pesar que estando solo en casa viniera gente extraña diciendo que nuestra casa estaba en venta, por deudas que hasta la fecha no entiendo y que realmente no quisiera entender. Quería aun así hacerla feliz, gran error de mi parte. Recuerdan,  ¿Cómo haces feliz a alguien cuando tu no lo eres?. Pero aun así me puse manos a la obra e inicie este gran plan maestro que como siempre, en mis pensamientos se veían geniales. Siempre me gusto escribir, me gustaba plasmar mis sentimientos porque realmente no soy muy bueno expresándolos. Inicie a escribirle cartas todos los días. No las firmaba con mi nombre, no se si era por desencadenar esa pasión al misterio o realmente porque no era el hombre mas guapo, a demás era invisible, Nadie sabia mi nombre!. Bueno creo que era una mezcla entre ambas. Quería que fueran esas dulces palabras que escribí las que hicieran el trabajo y no mi dentadura chueca y mi corte militar. Que por cierto, para esa edad no era muy recomendable. Pasaron los días en donde ella se veía emocionada por todas esas bellas palabras,  Pensaba, wow. Ralamente soy un buen poeta, tengo sentimientos tan profundos que enamoran. Me sentía emocionado y convencido de que seria mi primer amor. Bueno, duro como 3 minutos realmente. Tome el valor que adquirí durante un mes y me acerque a ella. Créanme la voz de un niño que esta en su etapa de desarrollo no es la mas seductora, pero aun así lo intente, Le dije: 

– Hola, emmmm- (Dios estaba tan nervioso, ¿Enserio?.

– Fui yo- Ella con esa mirada de susto y nervios, me dice

-¿Fuiste tu que?-

Por Dios esa mirada penetrante me hizo sentir peor aun, aunque trate de mantenerme sereno y lo mas seductor que mi apariencia física me lo permitiese, pero aun así le dije lo que quizá ninguna chica a su edad quisiera oír. 

-Fui yo el que escribió las cartas, realmente me gustas demasiado y quisiera invitarte a salir al menos por un helado.- En ese momento no tenia dinero, realmente no sabia como iba a pagar un helado, pero esa no era la cuestión en ese momento. Realmente estaba esperando su respuesta. Esos segundos parecían días de lo largo que suele hacerse el tiempo cuando realmente quieres algo, su respuesta para ser honestos no fue la mas esperada en mi mente, con una carcajada y una humillación publica seguida de un escupitajo al piso fue lo que lo completo todo, Creo que no le gustaba tanto como parecía en las cartas ¿no?. Seguido de eso solo recuerdo llorar e ir a la enfermería donde la enfermera que por cierto, era muy guapa ya que lo pienso. Su mejor idea para solucionar el problema fue llamarla a ella, por Dios creo que ya había sido suficiente, o ¿no?. Aun así cuando ella llego solo se reía y recalcaba las muchas razones del porque no estaría conmigo. Que por cierto abrieron las puertas para muchos apodos y que creen?. Pase de ser el raro e invisible del salón de clase. A ser popular, pero no de la manera que están pensando. Era popular pero tan popular que hasta había un juego con mi nombre. Bueno de hecho varios, aunque todos se basaban en lo mismo, golpear, humillar o esconder mis cosas. Recuerdo que solían apostar a ver quien era el primero en hacerme llorar. Es gracioso en este punto de la historia, todos suelen preguntar. ¿Los profesores no hacen nada? o la típica ¿No le dijiste a tus padres?. Para su sorpresa los profesores habían unos que solían jugar, mas que jugar eran los jueces, que con solo su sonrisa burlona y su silencio absoluto lo decían todo. Sorprendentemente, no le decía mis padres. De por si ya sabia que tenían mas problemas e incluso mas importantes que preocuparse por esa clase de cosas. Pensaba, que es peor para ellos? perder la casa o ir a defenderme. Obviamente pensé que la casa, a donde iría a llorar sin que me vieran luego?. Después de todo ella simplemente dejo la escuela, pero mas allá de haberse ido, siento que yo me fui, en medio de tantos golpes y apodos que eran tan hirientes, yo solo pensaba en una cosa. Pensaba si en algún momento yo iba a ser realmente feliz. Claramente en ese momento no sabia que iba a pasar, realmente todo fue peor. Las cosas a través de los años no cambiaron realmente. Era todo igual, las mismas personas y los mismos insultos. Pero bueno intente hacer mi mejor esfuerzo y trate de enfocarme mas en mis estudios, muchos a este punto creerían que me enfoque tanto que cuando salí de la secundaria iba a recibir miles de becas. Bueno realmente es que no,  a parte de ser el chico al que todos odiaban y hacían burla sin razones mas aparentes de su falso instinto de superioridad porque nunca trate de defenderme. Fui el peor estudiante, un estudiante bastante inteligente. No encontraba el sentido a prestar atención a las clases si realmente ya entendía esos temas, inclusive los exámenes para mi eran tan fáciles que sacaba buenas calificaciones pero aun así no la suficiente para pasar la asignatura. Solo recuerdo algunos profesores diciéndome que era un talento, un talento en potencia pero extremadamente perezoso. Realmente no era así, nunca lo considere pereza. Siempre fue para mi el hecho de que detestaba estar en un sitio con tanta gente y a parte de que eran demasiados, todos me odiaban. Bueno exagero, no todos. Era algo mas bien como un poco menos de la mitad, para el resto era simplemente invisible. Realmente nunca entendí el porque de muchas cosas. Porque los profesores eran tan fríos y tan malos conmigo, todo fue así como hasta noveno grado. Puedo decir que después de esos años tan horribles, estaba seguro de que todo iba a cambiar. 

Recuerdo ese primer día de escuela después de las vacaciones, todos hablando de sus viajes y las cosas que hicieron y yo. Bueno yo sentado en la misma silla junto a la ventana, los primeros tres meses pasaron igual, todo era lo mismo, las mismas burlas y los mismos golpes. Hasta que un día, tuvimos que hacer una tarea en grupo. Siempre había estado acostumbrado a hacerlas solo, realmente era un grupo de uno, uno contra el mundo solía pensar. Pero teníamos esta maestra con un apellido que sonaba como un estornudo. La maestra Achipis. Aun siendo un apellido gracioso sigo teniendo el mismo respeto por ella. Me acerque a ella y le dije que la tarea la haría yo solo, realmente ella era nueva, no sabia claramente de que nadie quería hacer equipo conmigo. La solución de ella fue simplemente gritar que quien me quería tener en mi equipo. Realmente fueron cinco minutos de escuchar gritos de que no querían que los hiriera con mis dientes, los aplastara por lo gordo que estaba o inclusive que les contagiara la rareza, en esos cinco minutos trate de contener el llanto, la maestra vio eso y solo se callo y les dijo algo que nunca olvidare. Solo espero ese silencio y dijo, »El va a ser mas cosas en un año de las que ustedes van a hacer en cinco años». Recuerdo mirarla con esa mirada de duda, como de donde sacaba esas conclusiones si realmente era el peor estudiante y el mas antisocial. Realmente llegue al punto de pensar que estaba loca. Solo tome asiento y ella acepto el hecho de que iba a hacer esa tarea solo, aun así siendo mas trabajo estaba decidido a hacerlo. Cuando estaba en mi escritorio. Una persona se acerco, su nombre es Jhon, era el típico muchacho que había perdido años en la escuela y que era muy popular. Por un segundo se me vino a la cabeza el que el solo se iba a burlar de mi, sorprendentemente me ofreció a ser parte de su equipo, aunque todos los demás se opusieron el solo recalco que conmigo en el equipo íbamos a acabar todo mas rápido, así fue. Acabamos en solo 10 minutos. A pesar de no hablar mucho tenia mucha facilidad con las palabras, escritas por supuesto. Después de terminar solo iba a regresar a mi lugar pero el se detuvo y solo preguntaba el porque todos me trataban de esa manera. Le contaba las razones y las innumerables veces en las que me arrojaban a la basura o me encerraban en el cuarto de los trapeadores. El se sorprendió,  solo recuerdo esa frase que dijo, » No puede dejarse tratar así.». Me sorprendió que el aun siendo de esa clase de personas que pueden llegar a burlarse de mi estuviera dándome concejos y hasta inclusive llego a protegerme. Después de ese día la escuela no era tan horrible, a pesar de tener una sonrisa horrible, me reía después de 9 años por fin reí en la escuela. Tenia amigos, bueno realmente eran los suyos. Pero al cabo de unos días me aceptaron un poco mas. Los días ya no eran tan grises, así que el me pregunto el porque no tenia novia, le explique todo lo que había pasado tres años atrás. Aun así su mejor solución fue darme un libro que tenia por titulo »La perfecta guía de un Don Juan». Después de leer ese libro su siguiente paso fue hacerme un »cambio de look», solo consistió en una sudadera mas angosta, un saco blanco y afeitarme mi medianamente bigote de adolescente. Seguía viéndome igual solo que sin mi bigote y otra ropa. El siguiente paso fue seleccionar una lista de mujeres a las cuales yo podría acercarme e invitarlas a salir. El plan duro hasta el onceavo grado, el plan realmente no funciono. Bueno no al menos hasta tres meses antes de la graduación. Pasaron 40 chicas que me rechazaron algunas mas amables  que otras realmente, pero todo desembocaba en el mismo resultado, si no era mi apariencia física era el hecho de que mi sonrisa no era la mas genial. Me denominaron como un perdedor. Lo curioso de todo esto es que no sabia que había perdido. Realmente ni sabia que había una competencia. Un día en casa con mi mamá viendo un programa de manualidades, apareció este ortodoncista presentando un concurso en donde la persona con una dentadura muy mala ganaría una ortodoncia totalmente gratis. Mi mamá por un lado se emociono por participar, yo no tanto. Realmente a ese punto de mi vida creía que nada bueno podría pasarme a mi. Aunque bueno realmente nada bueno me había pasado hasta ahora, aun así participe sorprendentemente gane, me sentí feliz. Por fin dejaría de ser el dientes tiburón. Un día antes de anunciar el ganador, Jhon que para este momento era mi mejor y único amigo había prometido que el iba a pagar la ortodoncia el detestaba verme sufrir asi. Odiaba la manera como me trataban de hecho. Aun asi al día siguiente sorpresivamente gane el concurso, recuerdo llorar y abrazarlo. Fui a mi primera cita odontológica, salude al doctor. Su saludo fue rápido y algo frio realmente seguido de una extracción de uno de mis molares, anestesiado y con una sonrisa chueca e hinchada mi madre me tomo una foto con el. Pasaron los meses de tratamiento y entre dolor en mis dientes. Todo fue diferente, todo se torno bastante interesante. Mi cara cambio, perdí peso. Hasta deje crecer mi cabello. Todo era diferente, sentía que todos me miraban de manera distinta hasta inclusive sorprendidos. Tres meses antes de la graduación invite a Sofia por un helado. Sorpresivamente acepto, aunque debo confesar a este punto Sofia no era la única chica con la que hablaba. Recuerdo a esta chica que a pesar de ser un año mayor que yo media un metro con cincuenta su nombre era Erika. Era tierna, sorpresivamente le gustaba y ella a mi. Fuimos novios, fuimos felices. Como por una semana y media, después de que Sofia me viera con ella yo le empecé a atraer, sorpresivamente estaba entre dos amores. Bueno algo asi, Erika era bastante reservada y yo me había vuelto algo escandaloso y una mezcla entre introvertido y extrovertido. Hasta la fecha sigo sin entender esa combinación para ser honestos. Pero a ella no le gustaba y termino nuestra relación, asi que hice lo que todo hombre maduro de mi edad hubiese hecho. Claramente inicie una relación con Sofia, fue bonito. No muy buena idea para tantos pensamientos que llegaban a mi cabeza con todos los escenarios posibles. Pero fue lindo. Estuvimos juntos por los últimos tres meses de escuela. A este punto tenia tantas obsesiones, estaba obsesionado con ir al ejercito, la música. Quería ser musico para hacer que las letras de mis canciones ayudaran a todos a sentirse mejor. Sorpresivamente incluso estuve en una banda, como bajista y despedimos a todo el colegio con una canción magnifica de Metallica. Claramente el colegio entero nos ignoro, pero aun asi me sentía una estrella de rock, el baile de graduación llego. Después de tantas películas románticas y dramas adolescentes había conseguido lo que mas temía no tener. Una pareja para el baile, aunque fue totalmente distinto a los bailes de las películas, al menos no llegue solo. Fue lindo, bailes rápidos, lentos. Besos al ritmo de la música y esas palabras que a todos nos hacen llorar de como llegamos siendo niños y que nos espera un futuro grandioso. En ese momento no lloraba por todo lo que había pasado, lloraba porque después de doce años de escuela los únicos momentos buenos fueron 4 meses, tenia novia y bueno tenia novia. Realmente era lo único que veía. No tenia los medios para pagar una universidad, realmente ni sabia que iba a ser de mi. Nos graduamos, lanzamos el birrete alto, recuerdo ese día. No quería quitarme el uniforme, a pesar de tener ropa. Por primera vez en doce años me sentía bien con el, sentía que no había nada mas que pudiera hacerme ver bien. Después de todo eso,  recuerdo que fui a casa de Sofia con un peluche de una vaca, un ramo de flores y sus dulces favoritos. Su familia estaba ahí, aunque en ese momento las únicas palabras que esperaba de ella era un »te amo». Solo recibí un »Tenemos que hablar». Esas tan temidas tres palabras en toda relación, su excusa para terminar fue que quería vivir su etapa universitaria de manera autónoma y sin tener ataduras a disfrutar. Claramente fue duro para mi, pero aun asi no sufrí tanto como con la primera chica que me rechazo. Pensaba bueno, peor hubiese sido no haberla siquiera besado. Solo le deseé lo mejor y me fui, después de eso conseguí un empleo vendiendo ropa. Mi primer jefe siempre me causo curiosidad, pero aun asi no sabia que iba a aprender tanto estando en ese empleo, era difícil para alguien que tenia miedo de hablar en publico y aun mas con desconocidos llegar a venderles una prenda de vestir. Siempre he sido bueno observando, observar esos pequeños detalles fue lo que me llevo a ser tan buen vendedor que ya después nadie se iba sin siquiera comprar un cinturón. Observe a los otros vendedores, prestaba atención a cada palabra que decían y como movían sus manos. Lo cual me llevo a pensar en como eran ellos, sin saber que estas personas iban a hacer que yo conociera mas del mundo en tan solo 9 meses. Como creo que puede llegar a ser costumbre se volvieron mis amigos y tutores. Como era de esperar empecé a ganar algo de dinero, pero al cabo de tres meses me pagaban por todo. Tuve cantidades de dinero que ya ni mi cartera podía cerrarse de lo abultada que era. Por común que suene el tener grandes sumas de dinero y un buen gusto para vestir que adquirí gracias a mis compañeros de trabajo. Trajo a mi una falsa percepción de confianza, podía hacer muchas cosas y no decía no a nada. Sali con muchas chicas después de eso, mi celular a veces no dejaba de sonar. Llegaba a tener una pareja distinta cada semana, las cambiaba como a mis pantalones. Sabia que estaba mal, pero aun asi quería disfrutar de eso, de ser por primera vez el rompe corazones. Aunque llegue a un punto en el que recordé todo lo que me había pasado y decidí detenerme. Solo pare a esperar, esperar esa chica especial que no me aburriera. Eran tantas mujeres con las que salía, realmente no sentía nada. Me sentía cada vez mas y mas vacío inclusive hasta cuando eran buenas personas. Pero eso no bastaba, pensé que el problema era mío. Hasta que por obra del destino, la vi. Vi pasar esa chica de cabello dorado y con una cara linda. Realmente me impacto como era, solo pensaba que una chica asi no estaría conmigo. Por azares del destino llegue a conocerla, en mi mente solo pasaban esos concejos que todos me dieron, las palabras de ese libro. Pensar en ese »primer contacto». Fue curioso, lo que todos decían era que hay que mostrar una actitud fría y demostrarles que no eran lo mas importante en ese momento. Me gustaría decir que actué asi pero, seria un mentiroso y honestamente no quiero mentir. Puedo decir que realmente lo que hice fue actuar como he considerado que he sido toda mi vida. Salude enérgicamente y ofreciendo algo para comer. Quien iba a pensar que eso fue lo que a ella le gusto, hasta que un día salimos juntos a tomar unos cuantos tragos y en medio de esos tragos llegamos a ese momento que yo mas deseaba que era poder besarla. Sorpresivamente lo hice, la bese. De hay en adelante iniciamos una especie de relación  en aunque suene extraño nos queríamos demasiado pero ella huía del compromiso. Fue extraño pero al carajo salía con la niña mas linda y muchas personas que la conocían estaban de acuerdo con ese termino. Era genial, no me sentía aburrido me sentía muy bien. Éramos esa clase de pareja que salían mucho y nos regalábamos cosas, era genial ya que lo pienso. Hasta que un día ella simplemente dejo de responder y se alejo. Recuerdo que fue tres días antes de navidad yo aun asi ya había comprado su regalo, una blusa blanca escotada y un pantalón azul que ella adoro cuando lo vio. Fui a su casa con flores y el regalo en donde los recibió  su madre. Fue curioso, los recibió como con un sentimiento de pena y decepción. esa fue mi percepción en ese momento aun asi ella días después me llamo y solo me dijo que quería verme. Sorpresivamente también me dio un obsequio. Era una guitarra clásica española. Era una guitarra con un sonido tan dulce que aun siento esa sensación en mi piel de la primera vez que la use. Pensé que solo necesitaba espacio y que por eso no me hablaba. Realmente había vuelto con su ex novio y tuvieron un hijo al que debo decir, me sentí muy aliviado de no ser yo. Aun asi me sentía extraño pensaba en que si ella me describía como el hombre mas especial que había conocido porque me había dejado ir de esa manera. Pasaron los días y lo que pensé que se convertiría en mi época de duelo y sanación realmente se convirtió en algo mas complejo que no entendería. Un día de repente recibí un mensaje de una chica desconocida, en ese momento solo pensaba en el que era una chica que quería salir conmigo, recuerdan esa falsa autoestima alta de creer que todo el mundo quería ser mi pareja o amigo. Me pregunto como estaba y que hacia, hasta que de repente me pregunto por mi padre, lo cual me asusto. Como alguien que me acaba de conocer sabe el nombre de mi padre. cuando le pregunte el porque sabia el nombre de mi familia su respuesta fue decirme que ella era mi medio hermana que estaba perdida de mi y que no sabia nada de ella ya que era un producto de una aventura de el. En ese momento recuerdo dejar caer mi celular y solo pude recogerlo para hacer una pregunta, de que tanta conexión había con el, su respuesta fue que el solía darle dinero. Me sorprendió bastante, si bien mi padre podía darme lo básico crecí escuchando esas palabras de que no hay dinero. Me sentí tan enojado, empecé a maldecir. Tuve que pedir el resto del día libre, no sabia a quien contarle, solo pude hacer una cosa y fue caminar. Fume tantos cigarrillos que hasta la fecha de hoy no puedo recordar el numero exacto, cuando llegue a mi casa no sabia como actuar. Solo mi mamá lo noto, me pregunto que cual era el problema, a lo que mi contestación fue »estoy bien». Esas dos palabras han sido mi escudo mas poderoso para evitar preguntas a las que realmente no quiero contestar. No sabia que hacer, solo le conté a mi hermano. A lo que su respuesta fue lo mas lógico para mi, me dijo que no dijera nada y que me mantuviera en silencio. A este punto para mi era fácil, mi familia siempre ha pensado que soy amargado en cierta manera,  lo que no saben es que cuando mas enojado aparento estar estoy librando dudas en mi cabeza y miles de pensamientos que no logro entender. Pero cuando mas enérgico y juguetón estoy, estoy a un abrazo de llorar y gritar. Escuche en algún momento de mi vida que las personas deprimidas son los mejores actores. Claramente todos se enteraron, pero no por mi. Mi hermano conto todo y mi madre solo se enojo al igual que mi hermana, fue en cierta manera algo extraño. Solo hablaban y me preguntaban. Obviamente no respondí nada. No hable con mi padre durante meses, hasta que solo un día el llego y le dije »Hola Diomedes». Diomedes era un cantante que tenia hijos perdidos, lo cual a toda mi familia le hizo gracia. Lo que mas me dolió de todo eso fue que todos sabían, menos yo. Toda mi familia cree que yo no entiendo las cosas pero realmente entiendo muchas mas cosas de las que creen. Pasaron los días, continuaba en mi trabajo hasta que un día decidí que no quería mas eso. Quería estudiar, no se me hizo raro conseguir una beca, para ser honestos no me gusto lo que seleccione para estudiar, pero veía a mis padres orgullosos. Iba a estudiar todos lo días pero tenia el mismo sentimiento de fantasear en que realmente  yo podía hacer algo muchísimo mas importante.  Deje de asistir y ese orgullo desapareció, no sabia que pensar al respecto. Realmente me sentía como un perdedor. La decepción de haber abandonado los estudios en los ojos de mis padres fue horrible. Juzgaban que yo quería un salario alto sin tener que estudiar, quise demostrarles que realmente lo podía conseguir. En medio de mis crisis de niño y el no tener amigos aprendí ingles al menos para pensar en dos idiomas distintos en los que de alguna manera no me iba a sentir solo. Siempre escuche la frase de que el ingles abre puertas, busque un empleo en donde no necesitaran experiencia y requirieran el idioma. Aplique a una empresa 2 veces, la primera vez fui con ese aire a que no lo iba a conseguir, que cuando llegue a casa. Le dije a mi mamá que el empleo era mío, ella se sorprendió porque a este punto ella no sabia que yo hablaba el idioma, mis padres pagaron algunas clases, pero realmente nunca las tome, usaba ese dinero para estudiar música. Si algún día leen esto lo siento, pero como iba a estudiar algo que ya sabia. Tenia que actuar rápido, ya había dicho que tenia un nuevo empleo en donde iba a tener un buen salario, pero no sabia como decir que me habían rechazado. Asi que invente la excusa que al día siguiente debía ir a firmar el contrato. Realmente no fue asi, fui y hable con la chica de recursos humanos, le dije que los nervios habían sido los que me hicieron hacer una mala pasada, ella insistió en que no podía aplicar, pero me dijo en ese momento que fue mi mirada de determinación lo que la convenció. Recuerdo que simplemente, inicio la entrevista desde cero y ella me pregunto que porque había vuelto a aplicar si ya había recibido un no, le respondí. Realmente no fueron ustedes los que me dijeron no, fui yo el que me negué el puesto, sentí que no lo merecía. Por esa razón no me había esforzado. Cuando ella me dijo que estaba contratado, sentí alivio porque lo había logrado, salí de ahí y solo di un ligero salto de felicidad. Pensando que solo tener ese empleo  me haría ser mejor. Como le dije a mi madre el día anterior, con mentiras de que el trabajo era mío, cumplí con la palabra que le dije, que ese día firmaría el contrato. Inicie tomando llamadas dando soporte técnico, para mi fue duro que hasta esa fecha no sabia usar un computador. Por ese motivo estuve al borde de ser despedido 3 veces. Recuerdo haber llorado unas que otras veces en el baño de la oficina. Pero mi jefe aun queriéndome sacar, solo decía que en mi mirada estaba esa determinación, esa mirada que el no veía hace años en el. Sorpresivamente después de quedarme horas extra y ser el peor empleado, fui el empleado del mes. Recibí felicitaciones y diplomas, inclusive una cena gratis. Que compartí solo. No porque no tuviera con quien hacerlo, si no por la razón de que encontré una fascinación a mi soledad en la que lograba entender muchas cosas, lograba auto descubrir como quitar tantos pensamientos malos de mi cabeza que aun no lograba sacar. Esa determinación me llevo a ser el jefe, con tan solo 18 años podía ser el que daba las ordenes pero aun asi recordé el mejor y único consejo que me había dado mi primer jefe, fue que para ser buen jefe primero se debe de ser un buen empleado a lo que realmente entendí de una manera que no olvidare, entendí que era guiar por ejemplo,  yo no podía regañarlos por llegar tarde si yo también lo hacia. Posteriormente, recibí una mejor oferta y la ambición del dinero me llevo a tomarla. Inicie en un nuevo lugar, nuevas personas y un nuevo cargo lleno de retos y en ese momento la conocí. Conocí a esa chica que no sabia que iba a hacer tantas cosas que me iba a hacer sentir feliz por un tiempo. Todo inicio color de rosa, trabajábamos cerca ella estudiaba, era como algo que vía un futuro tan prometedor que entregue todo mi corazón al cabo del tiempo todo paso tan rápido que ya habían pasado lo meses. Tenia novia gritaba al mundo y el resto de personas dejaron de existir, hasta que un día. No todo lo que brillaba era oro, descubrí que era fanática de drogarse, me fue infiel. Me aleje, pero aun asi ella me busco y al igual que yo tal vez tomo la manera de desahogarse escribiendo una carta en donde me explicaba todo, obviamente la perdone. Pero seguía una y otra haciendo las mismas cosas. Cosas que me dolían pero aun asi no me iba porque quería salvarla, una chica de una familia con padres divorciados en donde no les importaba donde estaba ni con quien, trate de mostrarle el mundo. Mentiría si dijera que no me hizo feliz, ella lo intento. Estoy seguro de eso. Ya todo parecía estar bien hasta ese día en el que todo regreso, renuncie a cantidades de empleos, solo para cuidarla. Creo que eso no basto, volví a ser inseguro. Cuando el dinero de mis bolsillos se acabo, volví a ser lo que en algún momento fui. Un perdedor sin dinero ni expectativas muy prometedoras o al menos esas eran sus palabras. 

Se alejo un tiempo,  yo saltaba de empleo en empleo. Ella decidió volver con la excusa de que sin mi no podía vivir. Créanme busque muchas alternativas para tener un futuro juntos. Recordé ese sueño de niño, el de ser militar. Asi que me enliste en el ejercito. Recuerdo ese día, solo recibía concejos, ella se quedo en casa con mi madre llorando por mi partida. Y yo, bueno yo iniciaba una aventura que no duraría mucho. Estuve al rededor de tres meses pero aun asi yo hacia lo imposible para venir a verla, recuerdo no dormir lijando paredes, haciendo aseo o simplemente aguantando frio en la entrada de ese batallón,  para cumplir mi promesa de que estaría para su cumpleaños. Asi fue, su cumpleaños fue un sábado. Ella llego a mi casa, mi madre decoro todo y le dijo que me enviara un video de agradecimiento, sin sabe que aparecería detrás de ella. Los tres lloramos, fue lindo. Pero aun asi tenia que volver, pero sentía que no podía dejarla sola porque quien iba a cuidar de ella, asi que me retire. Renuncie a ese sueño de salvar a la gente supongo. Pero no renuncie al sueño de verla feliz, después de eso. Conseguí un empleo. Al inicio era algo extraño para mi que el CEO de la empresa se paseara por la oficina en medias, saludara a todos y detestaba ser llamado Jefe, me sentía bien, me sentía querido. Sentía que por primera vez pertenecía a un grupo. Por otro lado ella siguió igual, no cambio. Me sentía odiado por ella, pero sus palabras decían que me amaba. Apareció otra chica, a la que solo le gustaba escucharme hablar. Un día solo nos dimos un beso, pero no sentí nada. Pero seguimos hablando, era lindo hablar con alguien a la que no me hiciera sentir miedo o inseguridad, claramente me descubrieron. Me sentí mal, ella se alejo. Claramente, pasaron los días, semanas y meses. Yo había vuelto a esa burbuja de la que un día ella me saco. Hasta que un día me vi al espejo a eso de las 3am. No reconocí a ese muchacho, triste con lagrimas en los ojos. Descuidado, con una barba de descuido, parecía como si no hubiese tomado una ducha en dos meses. Era un sábado. Dormí una hora, desperté y tome una ducha. Fui a un salón de belleza. Pedí que me cortaran el cabello y tiñeran pequeños rayos grises en el. Me perfore la nariz y solo salí por una cerveza con mi único y mejor amigo. Volví a la oficina ese lunes y a todos les sorprendió mi cambio. Me concentre tanto en mi trabajo que llegue a dormir en la oficina, asi que un día surgió un problema al que por alguna extraña razón. Yo tenia la idea de como solucionarlo, conseguí un ascenso gracias a eso. Vieron mi determinación en crecer. Me pagaban cursos solo porque querían que yo aprendiera. Los días pasaron y pasaron. A pesar de no sentir nada en mi corazón, decidí volver a salir. Conocer chicas y tener amigos. Las personas en la oficina se convirtieron en mis amigos, me apreciaban demasiado y yo a ellos, salíamos por unos tragos, a comer o a solo quedarnos en la oficina y hablar hasta que anocheciera. Sentía con ansias que llegara el día siguiente para hacer todo de nuevo y hacer mi trabajo de la mejor manera posible. Inicie la universidad. Mis compañeros me llamaban ingeniero o colega. Aun sin serlo, me sentía bien. Un día apareció la oferta de viaja a México. Obviamente la tome y un mes después estaba en un avión rumbo a otro país, solo pero con una emoción que no dejaba que los recuerdos malos volvieran. No bebo alcohol, bueno no suelo hacerlo tan a menudo, pero recuerdo que en el avión pedí un whisky. Bebí hasta que el avión aterrizo. Solo recuerdo salir por la puerta del aeropuerto y llorar de emoción por ver que las matriculas de los autos eran distintas, olores nuevos. Acentos fue algo mágico. Solo encendí un cigarrillo y tome un taxi. Camine por varias calles y probé comida tan picante pero era deliciosa. Me enamore de ese país, hice un par de amigos. Cuando regrese, en el avión ese sentimiento de vacío regreso. Llegue a casa, en medio de risas y regalos que había traído conté mi experiencia. Todo fue normal, luego viaje con mis compañeros de oficina, estuvimos en la playa pero como era el único soltero en el viaje. Ese vacío me atacaba de nuevo. Pero un día en medio de mis pensamientos, una de ellas también estaba triste.  Aun asi decidí invitarla a comer helado y recuerdo hablar con ella por horas y jugar con las olas, en medio de risas y lagrimas nos hicimos sentir mejor el uno al otro. Quien diría que a pesar de no hablar tanto, se volvería una gran amiga. 

Esto es solo parte de la historia, de porque me considero el mentiroso mas grande, esto no acaba aun. Tengo mas cosas por contar, mi primer beso, mi primer cigarrillo, mi primera cerveza. Pero creo que esto es solo la primera parte de porque miento con mi estado de animo. No se quien este allá afuera, por lo que estén pasando, diría que entiendo esos sentimientos de culpa, tristeza o frustración. Pero aun asi yo no estoy bien, pero estando mal puedo darles el mismo concejo que me doy todos los días, no todo puede ser tan dulce porque empalaga, no todos los días puede hacer sol porque se secarían los ríos y mares. Díganme ustedes, que seria la felicidad sin la tristeza, que seria el día sin la oscura noche o que seria el arcoíris sin la lluvia. Estoy mal, pero todo toma tiempo, si bien he sido triste por años, espero ser feliz una vez mas. Lucho todos los días contra mis pensamientos. Pero no me van a vencer, aun tengo mas historias por contar, mas chistes que hacer, música por tocar y gente que voy a ayudar. Solo no me crean cuando les diga que estoy bien, pero tampoco me pregunten el porque no lo estoy, porque son miles. Pero como a todo lo que he hecho en mi vida, le encontrare la respuesta. No estoy bien y eso esta muy bien, porque estando mal, he aprendido a estar bien.

La historia no acaba aquí, pronto sabrán de mi y de lo que he llegado a ser capaz de hacer estando mal para un día estar bien.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS