Desde el autobús aprecia el aspecto de unas calles para el algo desconocidas, no del todo, pero apenas las recordaba. Hacia años que no las recorría y por lo tanto se le hacia extraño, a pesar de haber vivido allí toda su vida, un largo viaje le arrancó de aquello que era su barrio territorial. ya estaba a punto de llegar.

Recordó a su mujer, acababan de tener un bebé y no les faltaba dinero, no les podía ir mejor, tenían un pequeño piso y roda la vida por delante. Pero fue por un error que todo acabo en un día, unas pocas horas o minutos. El, que era camionero, ganaba un poco de dinero extra repartiendo algo que no debía y que llevaba escondido en los asientos o ruedas del coche, todo dependía siempre de lo que le encargaban, a pesar de tomar medidas anti-olor o cualquier tipo de detección el error fue que entregó el paquete a la persona equivocada y esto fue lo que lo delató. Sin embargo, tiempo después se enteró que su delator no se deshizo de las pruebas como buenamente le dijo a «los hombres de azul», si no que antes de culpabilizarle, de darle una entrega de un paquete con contenido sospechoso lo dio a quien realmente debía hacerle la entrega, un cabecilla de una banda rival a la de su barrio. Lo mas gracioso de todo es que ese cabecilla pagó la entrega a pesar de que me metió en la cárcel, yo callé como buena puta, solo pensé en que mi familia estuviese bien, y así a mi salida empezar de nuevo y fuera de líos.

Baje del bus y subí 2 manzanas adelante, ya estaba en el portal de casa, abierto,subí a mi puerta y di 2 toques. mi corazón galopaba al ritmo de un caballo del vaquero de un yanqui, cuando esta se abrió los latidos pararon en seco. Un desconocido de unos cincuenta años en ropa corta de verano me atendió:

-¿Quien es usted?-dijo medio extrañado pero sin estar muy sorprendido

-¿Donde esta Gloria?-inquirí

-Oh, ya pensaba que nunca vendría, dejo esto para usted-el tío se fue y volvió a los minutos con una carta sellada.-ya llevo 3 años como inquilino, me dijo que si alguien venia a preguntar por ella le entregase este sobre…si me disculpa ahora debo irme.

Cerró puerta. Abrí el sobre temiendo lo peor, y no me equivoqué, un folio con una lineas que decían así:

«coge el dinero, la princesa y corre.

Deja la almohada abandonada que nunca existió, en ese rincón.

Vive el ahora y no la espera.

Deja atrás ese goloso imperio que tanto te gusta para seguir otro aun mejor »

La letra era del cabecilla de la banda.

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