Algo así como siete y un tinto.

Algo así como siete y un tinto.

Marvan

27/03/2020

El tinto es un buen compañero, amargo eso sí, pero así prefiero este tipo de amistades que hay que tomarse con calma. Hay cuatro cosas que puedo hacer al mismo tiempo: fumar, tomar café, pensar y trabajar. No hay ningún orden que prefiera: si fumo primero y después trabajo, o sí trabajo y después me tomo un café, en fin, son cosas aleatorias o mejor dicho, son una sola cosa. Un tinto te ayuda a terminar otro cigarrillo, otro cigarrillo, otro tinto. Ocuparse te ayuda a pensar, por lo menos un poco menos de lo habitual. Pensar lo suficiente te llena de preocupaciones para conseguir un trabajo. Algo a lo que vulgarmente en el gremio de lo urgente de dicen «Chamba».

Atreverse a estas cosas, las que verán a continuación, en un video casero, muy acorde a estos tiempos, son sacrificios que hago por tener algo más que contar. De hecho había algo que preocupaba todas mis angustias. Por alla, por los tiempos de mi infancia veía a los adultos hablando de asuntos complejos y sofisticados, pero les confieso una cosa…en mi mas profunda sensatez, estaba convencido de que eran ridículas y muy tontas…Pues uno esa edad no tiene ninguna noción del existencialismo.

Cuando me propusieron si quería «rascar» una escalera lo primero que sentí era que tenia que salvarla de ese modo de pensar, los únicos que pueden darse garra con la madera son los gatos, lo demás, volví a sentir, son pretensiones que dan todo por terminado sin haber empezado.

Para hacer torcidos no solo se necesita madera verde, también es obvio un cierto tipo de inmadurez.

He rescatado varias escaleras. Unas confundidas entre escombros de mármol.Otras escondidas en troncos secos y las demás de este tipo de caricias. Para mí las escaleras siguen siendo la más pura voluntad de los árboles después de muertos. Me pregunto si serán caminos para que los dioses visiten nuestras amadas llanuras o si por ellas podremos ascender a nuestros infiernos.

Aun tengo la misma sensación que tengo desde el tiempo que era niño. La diferencia es que ya no se trata del existencialismo. Hoy todos estamos hablando que dejaremos de existir y quién sabe si haya madera para tantas escaleras. Por eso las respeto, son cómo los peldaños de un libro y las paginas de un árbol.

Seguiré contando esta historia con otra parte y en otra parte. Espero que en su corazón estén confinadas todas las dudas que nos hacen comunes y humanos. Si tienen una escalera en casa, suban por sus ramas hasta el infinito, y si quieren, con alguna palabra me la pueden mostrar, me gusta imaginarme el cuerpo de estas almas.

Qué lindo será volver a vernos, tomarnos un café al mismo tiempo que decidimos si nos fumamos un cigarrillo o dejamos para después el trabajo de preocuparse por algo.

Voy a ponerme a arreglar la casa. Tiene una escalera…

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