Cada vuelta es un regreso al sentimiento de reencuentro. Un sentimiento que, en la ausencia del hecho, existe y no puedo evitar escurrirlo en mi piel. Que mis ojos se derritan por culpa de esta abstracción es una delicia divina.
Saber que no voy a verte, pero pensar que puedo imaginarlo satisface mi necesidad de tu piel. Imaginarme que mañana voy a rozar tu tacto me llena el alma: Soy creador de mis futuros recuerdos. Todo lo que jamás voy a vivir lo decreto como real en mi imaginación.
Tu presencia se hace presente en una cabeza que solo sabe inventar amor; reír y llorar por cosas tan hermosas como la irrealidad.
-La canción adjunta funcionó como inspiración del ínfimo escrito
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