Yo no soy como cenicienta pero ya son las doce y mi cama te llama a gritos. Ven y rompe el hechizo que desatas sobre mi. Y es que la magía la creamos nosotros. A besos, a empujones contra la pared. A mordiscos por mi cuello que hacen que me vuelva loca. De una manera que te haría el amor mil veces sin llegarte a aborrecer. Contigo nunca habría costumbre, se me ocurren tantas formas diferentes de hacerte enloquecer. De devorarte hasta que te quedes dormido. Es puro éxtasis lo que causas en mi piel. Como una drogadicta necesito de tus dosis. Con tan solo tocarme muero de placer. Libre y salvaje así es como me siento. Como si hubieras estudiado mi cuerpo y te lo supieras de memoria mucho mejor que yo. Mírame a los ojos y házmelo lento, verás que rápido me late el corazón. A veces parece que me falte la respiración cuando al oído me susurras. No existe para mi mayor vicio que tú, que tu ternura. Cuando dulcemente me lo haces brusco. Como reemplazar de quien no me cansaría. Después de tanta vida esperándote.


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