Después que te ame,
a que no consigo ver los pájaros blancos que atraviesan las farolas,
ni éstas dibujan el círculo de luz que solíamos pisar.
Ni escuche los pensamientos que atravesaban el silencio.
A que nadie pone nombre falsos a las cosas como solías hacer.
Cuando ya seamos recuerdos,
crearé nuevamente los entuertos de este cuento,
y me enamoraré de esa historia,
que seguro no coincide del todo,
porque me la habré inventado.
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