Pensamientos de dos solitarios (copia)

Pensamientos de dos solitarios (copia)

Ayer, así como otras tantas tardes, disfruto sentándome a tomar un café, en una de las terrazas de mi barrio, simplemente con el fin de pasar un par de horas, las que se me antojan bobas, de cinco a siete de la tarde.

Justamente en la mesa de al lado, se encontraba un señor que me llamó la atención. Tenía eso que llamamos un porte distinguido, vestido a la antigua usanza, solitario como yo y tomando un café. Su mirada perdida hacia ninguna parte. Mi cerebro comenzó a darle vueltas lo que este distinguido señor pudiera tener también en el suyo.

Mientras hacía mis conjeturas, se presentó una joven, esbelta, fina ,pero se le adivinaba cierto aire de superioridad. Se sentó junto al señor y empezó a echarle un rapapolvos. Al principio, sus palabras no fueron muy agresivas, pero a medida que la conversación continuaba éstas se fueron haciendo groseras y de mala educación.

Estuve atenta a su conversación; el señor que tenía la bonita edad de 90 años, había salido de su casa solo, al parecer había quedado con su familia a las seis y, al no llegar para esta hora, el señor se impacientó y salió hasta la cafetería donde les estaba esperando.

La hija, le chillaba diciéndole que había tenido a toda su familia en vilo; más Julián que al parecer así se llamaba, le recriminaba su impuntualidad. La hija para dramatizar un poco el tema, le dijo que había dejado a su esposa llorando en casa, a lo que él contestó: Claro, viendo la novela.

Papa, vamos a vernos obligados a contratar una persona para que te acompañe y cuide de ti,con el fin de encontrarnos más tranquilos.

Julián, subiendo el tono de la conversación, le replicó: Sabes que yo siempre he sido una persona muy independiente y a mis noventa años no me vais a decir lo que debo hacer.

Aguanté todavía media hora más la conversación, al final, opté por marcharme,pero con las ganas de decir a su hija unas cuantas cosas.

Mientras caminaba por el asfalto mi cerebro seguía pensando en aquella conversación tan alta de tono.

-Carmen ¿y si vives te van a hacer tus hijos lo mismo? –

-¿Van a tratarte como a un muñeco de trapo?-

-Me resisto. – Con los años me estoy haciendo una persona un poco más independiente, si me apetece voy a tomar un café, si me gusta la película voy al cine, si disfruto con un paseo por el Retiro contemplando las bellas margaritas que ya han salpicado la yerba del parke,lo haré. Menos llegar a altas horas de la noche a mi casa con unas copas de más o alguna otra tontería,me parece podré hacerlo. No deseo para mis últimos años tantas reprimendas, solamente cariño junto con bonitas palabras.

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