Sucesos desastrosos…

Sucesos desastrosos…

Ricardo Alonso

25/01/2020

La primera vez que la vi, me quedé con el cigarrillo a medias.

¿Quien quería ver las volutas de humo, cuando tenías esos ojos negros y preciosos mirándote?
Cuando tenías a ese Ángel frente a ti, como si la vida hubiese adornado la calle tan solo para que pudiera vislumbrarla, admirarla, desearla, Olvidandome así del ultimo incendio que fue haber querido a alguien.
Escucharla decir mi nombre era como sentir una oleada salvaje rompiendo contra todas las rocas de mis pesares…
Cada minuto a su lado era imaginar, iluso, cómo quedaría grabado el sonido de nuestros besos en las estrellas fugaces.
No podía dejar de admirar su belleza, de verla caminar como haciendo música por las calles…
De estrenar gestos que me enternecian y derretian poco a poco el Alma.
Cuando se despidió, me dijo con una voz serena, de esas que enmascaran todas las ansias que uno pueda sentir: fue un placer conocerte, espero verte pronto…
Y quizá lo entendí muy tarde, pero aquella vez no nos conocimos. Solo fuimos la mención de aquel suceso arrastrándonos al mismo punto.
Porque cuando me empezaste a conocer, conocer de verdad.
Nada fue igual.
Perdiste la chispa, los ojos se te apagaron, la voz se te llenó de vacíos con tintes policromáticos…
Te diste cuenta de quien era.
Y te doy la razón, toda la razón, cuando decidiste marcharte…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS