Enzo estudiaba medicina y era el novio de la secretaria del decano, lo que le permitía tener acceso a las respuestas de los exámenes, que no guardaba solo para él, sino que las vendía…Lamentablemente para Enzo, esto llegó a oidos del decano, que lo citó en su despacho, y le dijo que para aprobar la última materia, él, en persona, le tomaría un examen oral.

Pasado unos días, Enzo se presentó en el laboratorio de ciencias, en el que el decano estaba haciendo algunas experiencias, y le dijo que quería colaborar, y, ante la negativa, intentó sobornarlo sin éxito.

A la semana próxima asistió a una clase de disección, y fue ahí que conoció al velador nocturno del deposito de cadáveres y le ofreció cien mil grandes si lo ayudaba a asesinar al decano.

–¿ Los tienes ?, Preguntó Tony

–Bueno..no…pero los tendré cuando me reciba…un millón…es que mi padre puso eso en el testamento…que solo los tendría cuando estuviera recibido de médico.

–No acepto…además es muy arriesgado…

–No Tony, yo lo haré. En la sala de ciencias se que el viejo está experimentando sobre la tolerancia de cianuro en unos ratones…y como sabes el toma un medicamento por una afección crónica…me filtraré en su casa y le pondré el veneno en su medicina.

–¿ Y como se que me darás el dinero ?

–Soy de palabra Tony…

–No es suficiente…

–Oye, te daré el Mercedes como garantía, está en el estacionamiento de la universidad.

–No se…

–Anda Tony, aqui estan las llaves.–Dijo Enzo dándoselas.

–Ok. Pero queda claro que solo manejaré la morguera.

–Queda claro. Estate atento esta noche, te llamaré al celu.

–Ok.

Esa noche Enzo se metió por una ventana de la casa del decano, fue hasta su baño, y con una jeringa puso el cianuro en el frasco de la medicina…Escuchó pasos…Era el decano. Estaba entrando, y por la disnea que se sentía aún desde el baño. supo que iba en busca de su medicina…Temblando, trató de guardar el tubo de veneno en su bolsillo, pero este rodó por el piso, y Enzo acabó escondido detrás de la puerta.

Cuando entró el decano pisó el tubo y se resbaló y cayó, golpeó su cabeza en el borde de la bañera y murió.

Enzo llamó a Tony, el cual llegó con la morguera, al tiempo que le decía que él se encargaría del cuerpo.

Enzo estaba feliz. Se recibiría de médico muy facilmente, y tendría el millón.

Fue al estacionamiento de la universidad a recuperar su mercedes con un duplicado de las llaves, porque él no pensaba cumplir con el trato, y ni siquiera le daría el coche…

Estaba encendiendo el motor cuando dos detectives de homicidios se acercaron por el lado, y uno de ellos metió la mano por la ventanilla y apagó el motor, tomó las llaves de contacto, abrió el baúl. Ahi estaba el cuerpo del decano.

Ya en prisión, Enzo, recibió la visita de su novia, la que le llevó algo de comer, y el nuevo número del periódico universitario.

Enzo volvió a su celda, comió un trozo de la tarta, abrió el periódico, y ahí estaba Tony, quien había sido nombrado nuevo decano, junto a su novia, la vice decana.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS