El mar y tus ojos

El mar y tus ojos

Tan solo Jade

14/01/2020

Las canciones que solía poner mi padre se escuchaban en toda la playa. La gente me miraba un poco extraña y algo enojada, pues chichi Peralta le ganaba mil veces al sonido de la playa.

Comenzaron a gritarme anticuada, ¿yo con 23?

Las ponía porque me gustaban, pero lo más importante: tradición.

Al morir mi padre, todos en la familia nos dirigimos al mar y ponemos sus canciones preferidas. Esto tan sólo pasa una vez al mes. Nos encanta y a él también.

De la nada se me acerca un chico atractivo. Pensé que me haría apagar la radio, pero no. Me di cuenta en seguida porque vino moviendo el cuerpo al ritmo de la canción. Estiró su mano y me dijo bailemos, luego comenzó a cantar.

Conocía a tipos como él, así que supuse lo que pasaría: me iba a boludear. Hasta que vi sus ojos, tan verdes como el mar. Encantador de almas.

Bailé con él mientras todos nos odiaban. Bailamos y él sonrió. Tan perfecta esa sonrisa.

Puso su talón, el cual llevaba una pulsera, detrás de mis pies haciéndome caer. Sonrió y me dijo —sacá esa mierda—.

El típico tarado de la época.

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