Humedad

Dae

11/12/2019



Desde el principio honesto y crudo, como siempre debí haber empezado.

La necesidad de ocultar la verdad sobre mí me consumió, me quitó dignidad. No podía ni quería que me conocieran realmente.

No entendí, ni lo resuelvo aún…¿por qué no evité la tormenta? El caso es que no pude. Las señales asomaron como Febo a las 5am en verano, cálidas e inocentes.

Desayuné mis propias excusas con los ojos cerrados y entonces pasó.

Un extraño ambiente, denso, infestado de engaños me presionaba. Creí sentir alivio con los vientos de la aceptación y la credulidad, pero se volvió contra mí, despojándome de todo cuanto creía sólido en este mundo. Atacándome.

Entonces lo entendí, el agua vil me ahogó. Oí que le llaman consecuencia, ¿o fui engañada también?

Vi mis huesos y carnes corroerse

y a las polillas darse un festín de falsedad.

La humedad que inventé me superó.

Perdí.

Me aplastó.



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