La triste realidad.

La triste realidad.

Miguel R.

25/11/2019

Vuelvo a escribirte.

No es necesidad,
solo rutina.
Ya no me duele el alma
pero, sé que seguiré
girando al girar la esquina.

Ya no es por amor,
aunque aún lo sienta.
Ya no es por la distancia,
siempre te he sentido cerca.

La razón por la que escribo
se la guardó
en el ombligo
el ciego ángel
del olvido,
y me abrazó
la memoria.

La cuestión es que esta historia
nunca debió ser escrita.
Tuvo que ser besada, gritada,
pero no tinta.

Y es que tú debiste ser
una mirada
en la niebla,
una sombra
de un mundo externo,
y no una musa con copa.

Porque tú debiste haber
reservado tu luz lunar
a un lobo, búho o astrónomo,
y no a un poeta vulgar.

Pero lo hecho,
hecho está,
y lo nacido ha de vivir.
Y ya no sé desaprender
a respirar
solo por ti.

He comenzado indeciso,
y ahora diría que te amo.
Quizás la triste realidad,
es que solo amo lo que escribo.

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