Ya no te siento.
Tu corazón no late velozmente cuando te beso.
Tus manos ya no tiemblan al acariciar mi cuerpo.
Siento tu rechazo a mi deseo.
La flor de mis sueños está casi muerta por la sequía de tus besos.
Mi alma vuela en el viento, buscando la luz de tu pasión para derretir el hielo con el calor de mi cuerpo.
Por más que intento no lo revivo. Mis lágrimas ahogan mis gritos y con un suspiro aferro mis manos a mi pecho, siguiendo mi camino.
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