Test #000.2

Test #000.2

Asier

08/11/2019

Una disculpa

Recuerdo cuando me entregabas propinas furtivamente,
cuando un día, salvado del olvido inútilmente,
llegué a ti vociferando «¡milagro!», «¡milagro!».
Risueñamente sentenciaste: «Sólo unos billetes has encontrado».

Recuerdo sobre tu falda un invierno largo;
los hilos, sobre tu sentar digno, discurriendo en fastos.
Tus manos trajinaban urdiendo chaparrazos;
hacían de hebras caídas de lluvia un verano.

Recuerdo que injustamente fui tu nieto favorito
y lo único que hice fue quererte demás un poquito.
Que más hubiese yo querido, tal aleve recogido,
sobreponerme a mis aprensiones y caerte rendidito.

Recuerdo una desmemoria descuidada, muchas veces trabajada,
de una convergencia ya emprentada en una Úrsula
representada. Acaso ni la soledad de cien años albergara
mis ganas de que tus manos una vez más me cobijaran.

Recuerdo, fue en lo último, verte acostada y guardada.
Verte en tus ropas ataviada. Muy serena te encontrabas.
Todos fuimos en tu causa y yo un extraño aparentaba.
«Qué alegría conocerte en el velorio, más que sea» me propinaban.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS