NO SE PUEDE SER LIBRE DESEANDO ALGO

NO SE PUEDE SER LIBRE DESEANDO ALGO

maximo caminero

06/11/2019

NO SE PUEDE SER LIBRE DESEANDO ALGO

Te toca decidir entre ti y todo lo que esta fuera de lo que eres. Te has pasando la vida dando vueltas y vueltas pero no sales del mismo lugar. Tu casa es confortable, es tu templo en donde te refugias del vendaval de todas las cosas que allá afuera no puedes evitar que sucedan.

Una niña llora la ausencia de su padre. No entenderá que el tiempo se lo devolverá algún día. Un tiempo que dejara marcada cicatrices que nacieron en las esquinas, en el tejado, en las miradas, en los zapatos y en cualquier cosa o parte.

La libertad cuesta mucho. Cuesta mas de lo que uno piensa que se lleva de uno. Se lleva de tanto y tantos que se envuelven como ramos de flores que se regalan con cariño y terminan momificadas en el basurero del tiempo.

Vas por las calles regalando miradas, para darte cuenta que ellas contagian las tristezas que vas surcando en el camino. Resbalan y se estrellan ante tu avance glorioso y temporero si! Porque serás breve también. Recuérdalo siempre en cada paso, así sea el del triunfo o la derrota.

Regresas impregnado de todo. El aire respirado por otros y que luego tu tomaste. El roce de energías de tantos y todo. Te dejas caer ante el peso acumulado y desde el suelo se van abriendo como capas que terminan dejándote desnudo.

Desde esa frialdad que no cubre tu piel, solo te servirá para recordarte que estas solo como parte del pacto que te otorgo la libertad.

Esa que ya ni sabes para que sirve ni como definirla ante la oscuridad callada que brota de todas partes. Te lo dije, dice el silencio. Y tu que le provocas con una carcajada sonora, porque nadie se queja, nadie te reclama, nadie, absolutamente nadie. Ahora solo te tienes a ti para descubrirte.

Para conocerte, para aprender que hasta ese deseo de ser para ser, es también un deseo y que la primera regla para ser libre… es precisamente, no desear nada.

Abres la ventana buscando claridad ante extraña paradoja. Miras el cielo azul y ves que es azul. Las nubes blancas que también son blancas y tratas de darle un color al viento pero este se te escurre entre los ojos.

Entonces descubres que la libertad es abstracta o quizás transparente o que apenas se deja tocar como un niño inocente, pero que resbala como el agua cuando la intentas agarrar cerrando las manos.

Huye hasta de ti mismo, negándote ser llamado con ese nombre, con cualquier nombre, con cualquier numero. Evitas la fragancia que seduce tu olfato, pero igual te llega desde el fondo de tus sabanas y allí escuchas el gemido que hiciste brotar contra los espejos.

Apelas al tiempo, que tantas vueltas te ha dado buscando tu rendición y le hablas con firmeza; confió en tu buen juicio, solo soy si te tengo, solo eres si estas en mi.

Logras relajarte y te sientas calmado abrigando tus piernas entre tus brazos. Y ahora que hare? Te preguntas! la libertad es muy monótona. Te contestas.

Cierro los ojos para verme. Tapo mis oídos para escucharme. Cubro mi boca para hablarme. Y ni me veo, ni me escucho, ni me hablo. He despertado en mi alma y ella ….no soy yo…eres libre! Salud! Minimo caminero

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