ENTRE OVNIS Y RONES

ENTRE OVNIS Y RONES

maximo caminero

05/11/2019

ENTRE OVNIS Y RONES

(Otra historia real…)

La entrada a Azua nos recibía con una brisa fresca y playera. Éramos cinco los piratas que recién llegabamos de la capital a esta ciudad del suroeste Dominicano. Los tigres nuevos en cualquier barrio extraño, son un manjar apetecido por las chicas cansadas de ver lo mismo y lo mismo….

Después de instalarnos en la casa paterna del General Ramiro Matos (tío de dos de los que andábamos) decidimos darnos una vuelta por el pueblo. El parque nos pareció el mejor lugar en donde “chequear” a las futuras victimas. No tardaron en llegar. Como si ellas también anduvieran en las mismas, se nos lanzaron en una de esas vueltas a la glorieta central que de paso dejaba escapar el viento ahogado de un viejo saxofón de la orquesta del cuerpo de bomberos.

Holaaa! Como un gatito sumiso me adelante a introducirme. No era raro ya que los demás estaban acostumbrados a mis zarpazos de tigre desesperado…pero siempre certero. El grupo de chicas (unas siete) estaba compuesto por muchachas de humilde extracción social, algo andrajosas y muy variadas en sus edades….la bandera de piratas ondeaba glamorosa.

De todas solo recuerdo a dos. Una morena alta, de piel firme y de unos seis meses de embarazo. Y la otra, la mas joven de todas (unos 14 años) bajita, delgada y agarrada a dos muletas de metal que la ayudaban a sostenerse del polio que deformo sus piernas cuando fue niña.

Quedamos en vernos esa noche en la discoteca mas famosa de Azua; “El Bosquecito”. Tenia fama por los desordenes que allí se armaban. Ambientes oscuros donde los mas desesperados podían hacer el amor “bailando” apoyados sobre cualquier pared. Una música estruendosa que opacaba el sonido de los disparos, por lo que era normal tropezarse con un muerto tirado en medio de la pista. Pero lo mejor del bosquecito era aquella terraza amplia y abierta en el fondo del patio.

El ron Brugal blanco era el rey de la noche. Por cada botella que comprabas te regalaban otra. Por lo que la bebedera fue fuerte aquella noche. Parecíamos cinco reyes rodeados de 14 morenas sedientas! la mesa se extendía hacia el infinito de la oscuridad.Obviamente que el rumor de los “blanquitos” de la capital se había extendido por lo que esa noche en vez de 7 el numero de féminas se duplico…y nosotros enojados!…..

Yo no se que tenia ese Ron, pero yo me las baile a todas! una por una… la ultima fue la mas veterana de todas (la embarazada)me entesto contra unos tablones que hacían de pared. Sentía en aquella oscuridad como si me re guindara su barriga sobre mi pecho y aquel frenético movimiento inferior sobre mis jeans, hacia brotar chispas que iluminaban las sombras enloquecidas de aquel bacanal infernal.

Llegue a la mesa achicharrado. Como si el demonio recién saliera del infierno echando humo hasta por los cabellos (todavía tenia en aquel momento). Cuando pensé que ya podría descansar…una vocecita inquieta y coqueta me reclamo…pero tu has bailado con todas menos conmigo! Era la jovencita de las muletas. Oh! Le pregunte asombrado, pero tu bailas?….

La mejor de todas!! Se ajusto debajo de sus axilas las muletas y dimos vueltas como trompos! Que noche aquella! No se cuantos tragos de Brugal blanco tendría pero ya exhausto alcance a colocar unas cuatro sillas en línea y me recosté de ellas como si fuese una cama.

El cielo oscuro y despejado de nubes me arrojaba desde su infinidad un roció fresco de briza que empapaba mi cara. Por un momento todos se perdieron y hasta la música se hizo cómplice para enmudar(no la busque) ese instante.

Y entonces, pasaron ellos. Dos platillos voladores en perfecta y sincrónica armonía. Sin luces, solo dos sombras blancas que surcaban y rompían la negritud del firmamento. Los vi nítidos y claros, no eran dos garzas blancas ni otras aves perdidas…fueron dos naves precisas que volaban a una velocidad estable. Una al lado de la otra.

Volvió el ruido y con él el tumulto. Las chicas partieron y solo nos quedamos los cinco tristes tigres que al escuchar mi experiencia recién acontecida, solo alcanzaron a decirme; ay Sorky! (mi apodo de pirata) déjate de vainas que tu ta prendió! Si te echas un trago mas no solo vas a ver bajar a los marcianos, sino que te van a echar la paternidad de ese niño!!….

Claro que no me puse a discutir allí el asunto. Todos estábamos borrachos y alegres y aunque la experiencia me sacudió, no había forma de probarlo.

Si por casualidad usted se emborracha tomando ron y se le ocurre mirar al cielo una de estas noches, jamás! Cuente lo que vea. Los incrédulos son mayoría y lo pueden catalogar de loco. De borracho si! Pero de loco, nunca!!

Por cierto mi hijo Hermenegildo Altagracio Caminero, acaba de cumplir 40 años. Aunque no se parece en nada a mi, salio alto y fuerte como su madre. Ah! Y con un extraño colorcito verde en su piel…. Celebraremos juntos el acontecimiento en Azua, por supuesto, en el Bosquecito. Están invitados. Traigan sus binoculares porque es muy probable que tendremos una noche entre rones….y ovnis! Y porque no, unas que otras marcianas que nos vuelvan a sacar chispa!! Salud! Minimo caminero

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