En el bar de la buena música

En el bar de la buena música

Tan solo Jade

04/11/2019

¡Nena, nena, que bien te ves! Se escuchaba en el bar. Era una chica de cabello no tan corto, delgada y de labios rojos. Cantaba con entusiasmo y semejante pasión. En la otra punta se encontraba un joven de pelo un poco ondulado; color castaño, ojos café y sonrisa pícara. Él la observaba con anhelo, como si ella fuese una flor, pero no una simple flor sino una que él siempre deseó. Ésta es la mujer que quiero en mi vida, pensó.

La música en el bar fluía, un poco de Cerati por acá, otro poco de Vicentico por ahí, un poco de Spinetta y otro poco de Divididos, Estelares y NTVG. Noche de música pura.

Ella con su vaso de whisky y él con una cerveza. Se levanta y va hacia su presa. Cualquiera diría que estaba ebria, pero no, ella cantaba como si no hubiese un despertar, como si la vergüenza no la caracterizara; no fuese parte de su vida.

Estaban frente a frente, tomó mal el trago de whisky y empezó a toser. A él se le escapó una pequeña risa y golpeó despacio su espalda. Qué considerado.

Fue espontáneo, perdón.

Se miraron fijamente y sonrieron, se atraían como un imán. Sin promesas ni mentiras. Sin rodeos del destino. ¿Un posible amor del bueno? Quizá sí, un posible amor del bueno en el bar de la buena música.

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