Fue un día que me descompuse, ante la severidad de mi problema, decidieron trasladarme a una clínica en San Justo, Buenos Aires, Argentina. Me pusieron en una habitación donde estaría en aislamiento. Unas horas después entre en estado de coma. Al cabo de un tiempo desperté y me di cuenta de que no sabia sabía dónde estaba, estaba ciega no sabia quiénes estaban a mi alrededor, no podía moverme mucho, tampoco hablar mucho, me dije: ¿Qué me pasó?. No entendía una mierda estaba en un lugar oscuro, no recuerdo nada más. La rehabilitación es por etapas, y muchas personas participaron en distintos períodos. Mis primeros pasos fue reconocer a mi familia y retomar con la lectoescritura, la danza y la música.

Los médicos venían insistiendo, una se sentía herida, también juzgada, ya podrida de todo, los tachaba de locos, NO ERAN COSAS NORMALES, ¿tal vez esto sea parte de una película?, aún me resuena aquella teoría que decían algunos médicos sobre que las células cerebrales podían morir, lo que causaría un daño permanente, más aún es mi sorpresa cuando después de pasado algunos años, ellos festejan al verme mucho mejor. Yo a veces no logro soportar todas estás demostraciones. Mis médicos festejan mis logros, les encanta que estudie tanto, al principio tenían miedo, TEMÍAN QUE ME FRUSTRARA, pero con mucha fuerza de voluntad y esmero, hoy festejan mi plasticidad, yo insisto en que estudiando y escribiendo descubrí la libertad y finalmente ahí me encontraba con que era yo misma. ME VALE UNA MIERDA si la gente no me comprende, o si no me quiere comprender, ya lo he explicado muchísimas veces.

Estoy más perdida que nunca, pero la vida debe retomar su curso. Tengo la dicha de tener una familia que está muy presente, que me acobija de su amor, mientras me alientan a seguir luchando, y cuando mis ánimos no son los mejores me empujaban para que yo pueda continuar.A veces hay momentos y días como hoy en que siento no tener fuerzas para poder afrontar todas estas circunstancias que me vienen sobreviniendo, pero de ellas debo aprender y superarme. Al cabo a veces pienso que fue un llamado para cambiar algo en mi vida. SÉ QUE A VECES LO HAGO PARECER MUY FÁCIL, de hecho para muchos esto ya paso, la realidad, es que esto TODAVÍA NO PASO UN CARAJO, a mí hay cosas que me siguen pasando. La vida transcurría y sin saberlo, yo les alimentaba la imagen de que todo marchaba más que bien. SUPONGO QUE MUCHOS ME CREERÁN MUY FUERTE, hay personas que es probable que muy vagamente, se den cuenta de que las cosas aún no están del todo bien, ¡SERÁ POR QUE ME QUIEREN!.

Estos últimos días no pude parar de llorar, si dependo del mundo seguramente este perdida, atine a resguardarme dentro de la casa de una amiga, para ahí poder darle riendas sueltas a estas emociones que me embargan. Creo que va a ser más fácil si le comento esto nuevo que me sucede a mis amigos más cercanos, también a mi familia, la rehabilitación sigue, aún me esperan meses de duro trabajo de neuroplasticidad. Uno de los médicos que más comprometidos está con mi caso, cada vez que puede me dice: «…Estimada veo todo tu camino, pienso: ¡Qué GRAN BATALLA !, pero qué felicidad me da, cada vez que me mandas un mensajito o que te veo entrar…», él es un hombre grande podría ser más mi abuelo que mi medico, siempre finalizada la visita me despide con un abrazo, me pide que lo mantenga al tanto y me recuerda que esto es solo el comienzo, ahí es cuando me sorprendo de TODO EL TIEMPO QUE ME LLEVA RECONSTRUIRME.

Amo la música, disfruto de bailar, sin embargo, cuando los ruidos se tornan violentos y se multiplican, es insoportable.

» No estás sola, venís viviendo cosas horribles y ya superaste unas cuantas otras», eso lo comprendo, también me consta QUE TUVE UN PRIVILEGIO QUE POCOS TIENEN. Tengo la necesidad de redoblar los esfuerzos para concientizar acerca de esta emergencia médica, pero me consta que son muy pocas las investigaciones en el mundo, que no hay datos certeros, ya que son muy pocos los sobrevivientes. Me gustaría despertar el interés en el reconocimiento de las alertas de esta patología.

Tamara Soledad Cuello.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS