Corría el año 1999 y faltaban pocos meses para el fin del mundo, cursaba el ultimo año de bachillerato y no sabía si pensar en la universidad o en el meteorito.

Me acompañaba mi novia de 16 años, la misma edad mia, nunca pude entrar a su casa, pero yo asumía que ella vivia bien allí, los desígnios de la vida a veces nos obligan a partir, lo que no se, es si no quiso, o no tuvo tiempo de despedirse, pues yo vivía a unas cuadras tan solo… que distinto sería, pienso como una acción lo cambia todo y lo que llamamos destino, solo son elecciones personales.

Transcurría el año 2011, faltaba poco para el fin del mundo otra vez cuando comencé a escribir… el mundo se salvó y yo encontré este club, pensando siempre (ojalá estuviera aquí) nunca olvidé su poesía y tenía la esperanza que algún día pudiera leerme.

Y aquí está ya, aunque a veces se va, y me dice bipolar, pero está bien porque es verdad, también me dice Peter Pan, cosa que me choca., pero lo hace por los cuentos que le echo, soy un niño más del jardin que ella cuida y aunque ella se autodenomina Wendy, soy yo el que nos anclo a la realidad.

Quiero ser capáz de escribirle sin esconder mis sentimientos detrás de muñequitos con transformaciones, pero este amor es tan perfecto, que ella me entiende letra por letra.

Cabe la posibilidad de que este amor acabe volviendonos locos de tantos personajes que creamos, ella ayer era una terminator…

Será acaso nuestro destino compartir una pieza en el hospital mental, por mi estaría bien, pero que nos dejen las camisas sueltas.


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