Te traje un ramillete de sueños para celebrar que estoy de vuelta. De diversos aromas y sabores, de distintas energías y de todas las censuras.

Te traje mis labios preñados de besos para ti. Besos en cantidades infinitas que brincan en mi boca ansiosos de derramarse sobre tu boca mientras mis manos sujetan tu rostro y poquito a poquito te desvisto el alma, que aflora desnuda desde tus ojos bonitos.

Te traje un poco del brinco que siento en el pecho cada vez que te siento cerca y una pizca del vacío que resuena cuando siento que te alejas, por los motivos que sean.

Traje una cesta con comida (de esa maluca que te gusta) y un poco de vino, para sentarme y contarte como se pone bonito el mundo cuando lo sueño contigo, para enseñarte las mil constelaciones que arme en mi mente con las pecas de tu piel que me lleve.

Te traje un poco del aire frío de aquellos lares, solo para que lo sientas, y cuando se te llegue hasta los huesos, podamos arroparnos con las canciones que me regalaste el último día que conversamos.

Te traje mi esperanza, mi confianza en el futuro. Para que te sirvas un poco cada vez que la loca viene. También te traje mis dudas (que a veces también asoman), para que huyan despavoridas apenas escuchen tu voz tan sabrosita.

Te traje mis ganas, porque si no se juntan con las tuyas siento que todo se marchita.

Que bueno sentirte cerca. Te Amo inmenso triplefea.

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